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China pierde a ídolo Li Xiang en 110 mts con vallas
18 de agosto de 2008
El estadio Nacional de Beijing, conocido como el Nido de Pájaro, quedó conmocionado cuando el ídolo del gigante asiático, el campeón olímpico y mundial de los 110 metros vallas no pudo ni siquiera correr la sexta serie de la primera eliminatoria y tuvo que abandonar.

Li Xiang, plusmarquista mundial hasta que el cubano Dayron Robles se le arrebató el honor en Ostrava (República Checa), forzó hasta el último momento para tratar de recuperarse de una lesión en los isquiotibiales de la pierna derecha, de la que, como luego se comprobó, no estaba restablecido.

La afición china llevaba ya días esperando la comparecencia de una de las grandes referencias del deporte del país, quizá el icono por excelencia.

Li Xiang, llamado a disputar al cubano Dayron Robles el título olímpico de la prueba, tuvo un seguimiento televisivo especial. Se ofreció todo el recorrido desde la pista de calentamiento y entre las cámaras de llamada.

Rugieron los repletos graderíos cuando su ídolo salió a la pista, pero el atleta de Shanghai estaba más que tocado. Lo intentó por orgullo pero entre gestos de dolor, tocándose incluso el muslo derecho, se apostó en los tacos de salida.

Al ejecutar la partida, abortada por los jueces por haberse anticipado uno de los corredores, Liu Xiang se convenció de que era inútil correr la prueba y, sin abandonar sus gestos de dolor, se despegó las pegatinas de las piernas y abandonó la carrera sin volver a intentarlo.

Con la retirada de Liu Xiang se frustra uno de los grandes duelos de los Juegos Olímpicos, el que le iba a enfrentar al cubano Dayron Robles, y los aficionados chinos pierden a su más querido ídolo, que pretendía defender ante su gente el título olímpico que conquistó hace cuatro años en Atenas.

Los seguidores tendrán que conformarse con animar a los otros dos atletas que le quedan a China en esta prueba Ji Wei y sobre todo, por calidad, Shi Dongpeng, pero ya nada será lo mismo.

La retirada de Liu Xiang deja huérfanos en cierto modo los corazones de todo un gigante, de más de mil trescientos millones de personas. Su gran esperanza en atletismo decía adiós entre señales de sorpresa y lamento generalizado.

Dayron Robles, que había ganado la primera serie con una buena marca de 13.39, salía muy satisfecho de la pista ("bien, aquí todo el mundo sale a ganar", decía), pero sabedor de que le queda aún trabajo para alcanzar el sueño dorado. Minutos después pudo comprobar que su gran enemigo ni siquiera podía intentarlo.

Y es que aunque en el ambiente estaba de que era muy difícil de que pudiera participar, Liu Xiang trató por todos los medios de no defraudar a los incondicionales y de saltar a la pista para saber si estaba en condiciones.

Justo antes de la carrera el español de origen ecuatoriano Jackson Quiñónez, finalista en Osaka'07 y que aspira a estar en la lucha también, consideraba que iba a ser un espectáculo del que le gustaría ser partícipe y que Robles se había mostrado intratable durante la temporada, pero que el chino era siempre "una incógnita". Esta se resolvió rápidamente.

Aquella lesión que le obligó a retirarse de la reunión de Nueva York y que luego también le impidió participar en la de Eugene, que tantos quebraderos de cabeza había causado, ha terminado por sepultar su sueño olímpico en casa y el de toda China, al que todos los metales que lleva conseguidos no consuela esta pérdida.