Por la Copa Sudamericana, Estudiantes derrotó por penales a Independiente por 5-3 y confirmó que en el estadio Ciudad de La Plata tiene una mística que pocos equipos pueden tener en torneos de este tipo.

No pasó demasiado para que llegara el primer gol del partido. Una muy buena combinación entre Marcos Angeleri y Juan Sebastián Verón le dio la llave para abrir el marcador al equipo de Roberto Sensini.

Angeleri remató desde lejos y la pelota rebotó en un rival. Pero el que tomó la pelota fue Verón, quien con sutileza habilitó al propio lateral Pincha para que pasara por atrás de la defensa y quedara mano a mano con el arquero rival.

Ahí apareció la astucia del defensor, que en lugar de rematar como lo había hecho segundos antes, vio a Gastón Fernández y le sirvió la pelota para que convirtiera el 1-0. Rápida ventaja para Estudiantes.

A pesar del gol, Estudiantes fue quien siguió con la iniciativa. Pese a que el Rojo era el que ahora tenía que salir a buscar el partido, el dominio del juego siguió estando en poder del conjunto local. Verón, de regreso tras una lesión, comenzó muy bien, con la manija del partido y a Independiente le costó mucho enfrentarlo. A él se le sumaron Moreno y Fabianesi y Enzo Pérez para quedarse con el mediocampo y el partido. Y así todas las situaciones estaban del lado de los de Sensini.

Borghi mandó a la cancha a Gandín, puso un esquema más osado y tuvo su premio. Los mediocampistas aprovecharon un cansancio evidente de los hombres de Estudiantes y con empuje llevaron a Independiente al empate.

A los 3 minutos, Damián Ledesma, amonestado a los 15 segundos del complemento, tira un centro y Gandín la amortigua con un cabezazo. Eso lo aprovechó Leonel Núñez, quien, sin dejarla picar, se mandó una chilena dentro del área para marcar el empate, luego de que la pelota se le metiera entre las piernas a Andujar. La postura de Independiente era otra y esa misma postura alcanzaba para volver a poner al Rojo arriba en la serie.

Al igual que con el primer gol del Estudiantes, el que convirtió no se achicó. Esta vez fue Independiente. Pese a tener la clasificación en sus manos, siguió buscando el gol y aprovechó el desconcierto del Pincha en la mitad del campo de juego. Pero no logró llegar al gol y Borghi decidió enfriar el partido. Error. Primero armó una línea de cuatro en el fondo y después, con la ingreso de Calello en lugar de Higuaín, formó otra de cuatro en el mediocampo demostrando la clara idea de aguantar el resultado.

Ahí se terminó esa segunda parte del partido y comenzó la tercera. Con menos ideas que en la primera etapa, Estudiantes se fue para adelante y con poco arrinconó a Independiente. Moreno y Fabianesi se convirtió en figura y Verón, que estaba apagado en el complemento, se despertó. Además, Sensini acertó con los cambios y metió a dos delanteros (Salgueiro y Bogado) y sólo sacó a la Gata Fernández de la zona de ataque.

El final del encuentro se acercaba y la clasificación era para el Rojo. Pero a poco del cierre, Moreno tiró un centro cruzado y el uruguayo Salgueiro metió la cabeza para sellar el 2-1 definitivo. Así, la historia se iba a los penales y ninguno de los dos podía festejar sin sufrir desde los doce pasos. El empate en el global marcaba justicia por lo hecho en la ida y en la vuelta.

Estudiantes convirtió todos sus penales, aprovechó que Mareque no metió el suyo y se quedó con la clasificación a la próxima fase de la Sudamericana, donde se medirá con el ganador de la serie que ya tiene casi liquidada Arsenal sobre el Motagua de Honduras. Lo del local fue un premio a los aciertos del DT y a que nunca bajó los brazos pese al cansancio.