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De Robson a Mancini: los capitanes de tormentas
19 de noviembre de 2008
El cargo de capitán de la Copa Davis no ha sido para Argentina un cargo fácil de sostener, por coyunturas que pasaron de las internas, al manejo complejo de las estrellas y la falta de consenso entre los integrantes de los equipos.
Muy pocos pudieron sostener una durabilidad en el cargo, especialmente en la modernidad de los setenta hasta la fecha y quizás, los mas destacados de esa etapa sean Oscar Furlong y Alberto Mancini.
En los albores estuvieron Guillermo Robson, Juan Gibson y Enrique Morea, entre otros, quienes se sumaban al equipo para aportar su experiencia de ex jugadores y "dar una mano".
A Furlong y Mancini, les cabe la virtud de haber tenido la experiencia y don para el manejo del grupo, y así “Pilín” fue el gran líder de la década del setenta y tras formar un grupo importante de jugadores y, junto a Guillermo Vilas y Ricardo Cano, llevó a Argentina por primera vez en su historia a las semifinales en 1977.
Su salida coincidió también con la aparición de José Luis Clerc en el equipo y de contar con dos estrellas juntas de difícil manejo entre ellas, por lo cual los capitanes que siguieron fueron fusibles y de un perfil muy bajo, para una formación tan estelar.
Se sucedieron Lito Alvarez, Roberto Graetz y Carlos Junquet, quien llegó para los cuartos de final de 1981 y dirigió al equipo en la final ante Estados Unidos ese año, en un plantel que tenía a dos top ten que no se hablaban entre si.
Luego le tocó el turno a Ricardo Cano, quien jugó la Copa Davis por 11 años, y en 1982 mantuvo el equipo en primera y fue el líder del gran triunfo ante Estados Unidos en 1983.
Luego, en el comienzo de la etapa más dura de Argentina en este torneo se sucedieron diferentes capitanes con muy poca suerte, como Gerardo Wortelboer (1984/1985), luego Modesto “Tito” Vázquez (1986/1988) y en los años noventa, de militancia en el ascenso, Francisco Mastelli (1992/1994), Ricardo Rivera (1995), Daniel García (1995/1998) y Franco Davin (1998/ 2001), quien lo devolvió en su último año a primera división.
Ya más cerca en el tiempo antes de la llegada de Mancini, el cargo fue de Gustavo Luza (2003/2004), quién renunció luego que Argentina fuera eliminada ante Belarus 4 a 1 de visitante, cuando 14 tenistas firmaron una carta que solicitaba su renuncia y por consenso pedían a “Luli” en el cargo.
Un párrafo aparte merece Alejandro Gattiker quien fue el único capitán que lo dirigió en dos etapas en estos últimos 30 años y logró además alcanzar las semifinales en también dos ediciones.
Gattiker asumió con un equipo desvalorizado en 1988 y logró en 1990 con una nueva camada eliminar a Alemania en el BLTC y luego caer en la previa de la final ante Australia en el césped de Sydney.