El equipo de Dunga se impuso por 3-0 en Porto Alegre, cortó una racha de tres empates seguidos como local y llegó al segundo puesto. Luis Fabiano (PT 17m de penal y PT 26m) y Felipe Melo (ST 18m) marcaron los goles.

Brasil no tuvo oposición en Perú, lo derrotó en Porto Alegre por 3-0 y volvió a festejar ante su gente luego de tres empates consecutivos (Argentina, Bolivia y Colombia). De esta forma alcanzó la segunda colocación en las Eliminatorias con 21 puntos.

Desde el arranque, los dirigidos por Dunga tomaron el control de las acciones gracias a la movilidad de sus mediocampistas (el técnico con criterio no alineó al desalineado Ronaldinho). Al ritmo de Kaká se movía el local, que contaba arriba con Robinho y Luis Fabiano, dos hombres que inspirados como en esta noche son letales.

Claro que el planteo timorato del Chemo Del Solar también fue determinante para que la supremacía se evidenciara desde el comienzo. Replegado sobre su campo e ideado para aguantar, Perú la pasó muy mal.

Tras varias insinuaciones, a los 16 minutos se gestó la pelota que cambió el curso del juego. Kaká se metió en el área en posición de ocho y Zambrano se lo llevó puesto. Pezzotta sancionó el correspondiente penal y Luis Fabiano, con un remate rasante y esquinado, lo cambió por gol.

Nueve minutos más tarde, otra vez apareció Luis Fabiano para bajar de pecho un envío aéreo y definir con un tiro esquinado, inatajable para Butrón. Esa conquista terminaba con cualquier incertidumbre con respecto al reparto de puntos. Faltaba saber si Brasil aumentaría la cuenta de goles.

Luego, los de Dunga se dedicaron a tocar y dar clases de firuletes para el deleite de su público, pero casi sin patear al arco. Robinho estuvo cerca con un remate que se fue desviado al comienzo del segundo tiempo y Butrón se lució ante un cabezazo bombeado de Luis Fabiano. De todas formas el tercero estaba al caer.

A los 18, Felipe Melo trabó en la mitad, salió con la pelota y corrió sin marcas hasta las narices de Butrón. Ante el arquero tocó con categoría y salió disparado a festejar la goleada.

Perú tuvo su primera chance seria cuando se había jugando más de una hora y diez de partido. El recién ingresado Alexander Sánchez sacó un violento remate desde fuera del área y entre Julio César y el travesaño evitaron el descuento.

A partir de ahí, aunque le quedaban varias vueltas al reloj, el tiempo estuvo de más. Brasil monopolizó el balón, pero no apretó el acelerador y el 3-0 permaneció inalterable.