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Lanús quedó fuera de la Copa y hubo escándalo
15 de abril de 2010
En el inicio del partido, los peruanos salieron a plantarse bien arriba en el campo, algo que sorprendió a Lanús. Mientras el conjunto crema se hacía con la pelota, en el “Granate” no aparecía el flujo de juego.
La buena presión de Universitario cortaba el circuito futbolístico entre Sebastián Blanco y los delanteros, Mauro Díaz y Gonzalo Castillejos y complicaba las llegadas del conjunto de Luis Zubeldía.
Los primeros 45 minutos no tuvieron demasiadas situaciones de peligro. La más destacada la tuvo Lanús. Agustín Pelletieri tuvo el gol en su cabeza, tras un córner, pero la pelota, en su camino hacia la red, se encontró con el palo.
También los tuvo Rodrigo Erramuspe, con otro cabezazo, aunque el balón se fue muy cerca del arco defendido por Raúl Fernández.
La poca participación de Blanco y de Marcos Aguirre influyó en el andar del "Granate", quien no tuvo volumen de juego ni las ideas suficientes para quebrar el cero de un ordenado Universitario.
En el complemento, otra vez desde la vía aérea, lo tuvo Díaz. El juvenil, increíblemente solo, cabeceó alto luego de un tiro libre de Maximiliano Velázquez.
La idea de los "Cremas" fue pararse de contra y jugar con la desesperación de Lanús para aprovechar los espacios entre los volantes y los defensores. De todas formas, el ataque de Universitario era débil y con poco peso.
A los nueve apareció Blanco y habilitó de gran forma a Castillejos. El delantero arqueó su cuerpo para definir al segundo palo, pero Fernández le adivinó la intención y tapó el remate.
Con el correr de los minutos, el equipo granate se contagió del nerviosismo de su tribuna. Blanco pasó a ser decididamente enganche y Pelletieri se adelantó en campo.
Pero la más clara del segundo tiempo la tuvo Universitario desde los pies del ingresado Ruiz Díaz, de buen partido. El volante peruano quedó mano a mano con el Agustín Marchesín, lo eludió y con el arco libre definió afuera ante la atónita mirada de los defensores de Lanús.
Los últimos diez minutos encontraron al equipo de Zubeldía llenando de centros el área de Universitario, pero la seguridad de Fernández apagaba cada luz de ilusión. La esperanza se desvanecía con cada segundo que se consumía.
El pitazo final de Simón encontró a ambos planteles tomándose a golpes de puño, en un caos generalizado entre jugadores e hinchas de Lanús que intentaban agredir a los peruanos, quienes debieron dejar el campo de juego con custodia policial ante las amenazas del público local. Eliminación, tristeza y vergüenza, otra vez presente en Lanús, como en la Conmebol 1997 frente al Atlético Mineiro. Sin las mismas dimensiones, pero con la idéntica bronca de no saber perder. Lamentable.