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España enfrenta a Honduras por la recuperación
20 de junio de 2010
La selección española de fútbol busca este lunes ante Honduras su primera victoria en el Mundial de Sudáfrica, en un partido que se concibe como vital tras el tropiezo del debut, y que estará marcado por la más que probable presencia del delantero Fernando Torres en el once de inicio.

Después de cinco días interminables y un buen puñado de argumentos --algo desajustados-- que destronaron a España de su condición de favorita, los pupilos de Vicente del Bosque tendrán la oportunidad de desquitarse de la derrota ante Suiza, así como de dar un paso al frente en el campeonato.

Los 23 internacionales no entienden otro resultado que una victoria ante la débil selección hondureña, que también cedió en su estreno por idéntico resultado ante los chilenos. Un partido a vida o muerte para ambos conjuntos, que estará marcado por las novedades en el once que presentará el salmantino.

Tras las críticas recibidas --encajadas con una elegancia exquisita por el técnico nacional-- al jugar con Sergio Busquets por detrás de Xavi Hernández y Xabi Alonso, Del Bosque podría sacrificar al joven canterano culé para dar entrada a Fernando Torres, que ya ha mostrado su disponibilidad y servicio al equipo.

Se trataría entonces de una apuesta más ofensiva. Echar mano del 'niño' Torres supondría cambiar al esquema que llevó a España a la primera plana continental el verano de 2008. Una 'mini revolución' que parece obvia por las manifestaciones de Del Bosque: "Habrá cambios, aunque mantendremos nuestra base porque es la que nos ha traído hasta aquí".

Sin embargo, el debate no acaba ahí. La electricidad y verticalidad de Jesús Navas son otro motivo más para Del Bosque, que podría incluso apostar por dar más minutos de los esperados al habilidoso extremo del Sevilla, al igual que ocurre con Cesc Fábregas, que podría tomar el relevo y convertirse en el primer cambio de la 'Roja' para aportar frescura e inteligencia en los últimos metros.

Un partido que dictaminará las opciones de España en el Mundial, pero que servirá --principalmente-- para dar continuidad a un estilo que nunca se perdió ante los helvéticos. Un estilo cimentado en el pase y el buen trato al balón, el mismo que ha identificado a esta generación prolífica de talentos y jugadores de empaque planetario.