Peñarol, de Uruguay, expulsó de la Copa Libertadores al campeón, el Internacional brasileño, y se clasificó a los cuartos de final con una épica victoria por 2-1 en Porto Alegre, tras estar en desventaja.

El argentino Alejandro Martinuccio, con un tiro firme, y Manuel Olivera, de cabeza, anotaron para Peñarol en dos goles rápidos al comienzo de la segunda mitad y dieron la vuelta el tanto inicial de Oscar.

El triunfo en Porto Alegre, sumado al empate 1-1 de la semana pasada en Montevideo, permitió la clasificación de los 'aurinegros', que ahora esperan al vencedor de la llave entre la Universidad Católica chilena y el Gremio brasileño.

El Internacional dominó la primera parte a placer, pero se acomodó después de haber tomado ventaja en el primer minuto, y su falta de decisión en rematar el partido permitió la reacción de los uruguayos.

Los goles de Peñarol llegaron al comienzo de la segunda parte, aprovechando que el Internacional aún estaba frío, y a partir de entonces, los uruguayos tan sólo necesitaron cerrarse atrás y aguantar ante un Internacional que propició una lluvia de ocasiones, pero que falló en el momento decisivo.

El conjunto de Porto Alegre propuso un fútbol rápido, fluido y al toque, con el que en toda la primera parte desbordó a un Peñarol que había perdido el envite en el centro de la cancha.

El juego de los brasileños era por instantes envolvente, con el argentino Mario Bolatti lanzando al equipo y Andrezinho y Andrés D'Alessandro tejiendo jugadas.

El partido no pudo comenzar mejor para los locales: en el primer minuto, Oscar marcó el primer gol con un tiro potente y ajustado desde la frontal del área, después de deshacerse de un defensa con un quiebro sutil en velocidad.

El gol tempranero le dio tranquilidad al Internacional para tocar el balón sin prisas y para instalarse en terreno de Peñarol, que cedió el control de la zona ancha y se refugió en su área para cerrar el arco a pleno.

Confiado en que el tiempo corría a su favor, el Internacional tocaba con pausa y no se preocupaba por la falta de ocasiones, pero tras el descanso, Peñarol sorprendió con dos goles rápidos que revolucionaron la eliminatoria.

El primero de los uruguayos fue un derechazo de Alejandro Martinuccio, en la primera jugada tras la reanudación, y cinco minutos después Manuel Olivera, solo en el área, anotó el segundo, de cabeza a centro de Luis Aguiar.

Los dos goles reventaron los planes del Internacional, que ahora tenía el cronómetro en su contra y necesitaba de mayor profundidad, una tarea difícil dado el férreo planteamiento defensivo de Peñarol.

Apurado y con dificultades para adentrarse en el área, el campeón exploró los tiros lejanos y los centros al área, que pusieron en apuros en algunos momentos al arquero Sebastián Sosa.

Las prisas y la falta de acierto de los brasileños, unidas a la impecable labor defensiva de Peñarol, obraron la sorpresa en el feudo del campeón de la Libertadores, ahora eliminado.

Este partido de vuelta de los octavos de final se jugó en el estadio Beira Río, de Porto Alegre, ante 40.000 espectadores, entre ellos, 2.000 uruguayos. La Policía intervino antes del partido para apaciguar a un grupo de seguidores de Peñarol, que causó leves disturbios.