Todo lo que podía salir mal, salió aún peor en el US Open: jugadores enojados por haberse visto obligados a jugar con lluvia, nuevos retrasos acumulados y cierta inquietud acerca de las series de Copa Davis de la semana próxima.

"Los jugadores no nos sentimos protegidos", dijo, con gesto serio, el defensor del título, el español Rafael Nadal, en la culminación de un "día de furia" en el empapado complejo de Flushing Meadows. El estadounidense Andy Roddick y el británico Andy Murray también hicieron visible su enojo.

El martes se perdió la jornada completa. El miércoles, la lluvia intermitente sólo permitió jugar algunos sets. Hoy puede seguir el mal tiempo y ya se hablar de una final para el lunes, o el martes.

Mientras, la Federación Internacional de Tenis (ITF), responsable de la Davis, cuyas semifinales deben jugarse a partir del viernes de la semana próxima, está atenta. "Estamos monitoreando la situación, y decidiremos en función del tiempo, pero también de los jugadores que lleguen a la final", dijo un portavoz. Novak Djokovic debe jugar por Serbia en su match con Argentina, y Nadal por España, en el duelo con Francia.