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Por Emiliano Rodríguez
Triste final
1 de julio de 2006
Argentina se despidió del Mundial envuelta en una tristeza que erosiona los huesos.

La Selección no pudo aplicarle un golpe de gracia a los alemanes en el Olympiastadion de Berlín y luego quedó eliminada del torneo en la lotería de los penales.

El conjunto albiceleste se marcha de tierras germanas de la misma forma con la que llegó, en silencio. Y después del duelo de titanes que libró el viernes frente al equipo local, queda la sensación de que podría haber dado más.

El elenco argentino se despidió del Mundial dejando una sensación de vacío e incertidumbre sobre qué habría ocurrido si no le hubiese perdonado la vida a los alemanes en el segundo tiempo, luego de la apertura del marcador.

Probablemente hoy estaríamos aún festejando la clasificación para las semifinales. Pero la Selección no supo liquidar el pleito y los dueños de casa, después de empatar increíblemente el encuentro a diez minutos del final, terminaron ganando en definición con remates desde el punto del penal.

"Yo todos los días miraba la camiseta argentina y pensaba que podía aportar mi granito de arena para que sumara una estrella más a las dos que ya tiene arriba del escudo", expresó Roberto Ayala, minutos después de abandonar el búnker del plantel nacional en Herzogenaurach.

"Ahora lo único que sé es que tengo una tristeza enorme", completó. Ayala falló el segundo disparo de la tanda de penales y es muy posible que el partido del viernes haya marcado, a los 33 años, su adiós oficial de la Selección.

El defensor redondeó un muy buen Mundial, al igual que Javier Mascherano y que Roberto Abbondanzieri. El "Pato" justo tuvo que salir lesionado de un partido cuyo ganador se resolvió desde los once metros: qué mala fortuna!.

Argentina se quedó sin su talismán "ataja-penales", pero contó en ataque con una estrella iluminada en plenitud, como Carlos Tevez. El ex Boca enloqueció por momentos a la defensa alemana él solo, con su explosiva forma de sentir el fútbol.

El entrenador José Pekerman -que anunció que abandonaba el cargo luego del partido en Berlín- tendría que haber mandado a la cancha a Lionel Messi para que se asociara con "Carlitos" y entre ambos pusieran de rodillas a los fatigados defensores rivales.

Pekerman se inclinó por Julio Cruz y tampoco acertó con la variante de Esteban Cambiasso por Juan Román Riquelme.

Así como frente a México los cambios de José resultaron clave para asegurar el triunfo, el viernes en el Olympiastadion el DT se apresuró al sacarlo a Riquelme en un momento emocionalmente complicado, ya que segundos antes se había retirado el "Pato" Abbondanzieri.

Sin Riquelme en la cancha, algunos jugadores sintieron como que les faltaba "un hermano mayor" a quien darle la pelota cuando se sentían presionados por el rival, para que él tuviera el balón y se las arreglara por su cuenta.

Es una verdadera lástima tener que irse del Mundial de esta manera, sin que Alemania mostrara gran cosa para ganar. Es más, fue el conjunto argentino en el que controló el juego y el balón (59 por ciento de posesión contra 41 por ciento). Pero no alcanzó.

Ahora habrá que esperar hasta Sudáfrica 2010, aunque da la sensación de que faltan años luz para que llegue el momento. Mientras tanto, queda la tranquilidad de que Argentina cuenta con una base muy interesante de jugadores, para volver a luchar en lo más alto del planeta fútbol.