La confianza, esa que el hincha entabla desde la admiración hace que por momentos nos sintamos hasta ridículos. Nada importa cuando se trata de pedirle a Zinedine Zidane que siga regando las canchas con su calidad, su fútbol y esa sapiencia que sólo él puede demostrar.

Con 34 años, y cuando todo el mundo futbolístico pensaba que iba al Mundial de Alemania como mero espectador, jugó a un gran nivel y permitió que Francia alcance su segunda final en menos de 10 años, algo que ni el propio Michel Platini logró en su época de esplendor.

Lo cierto es que el próximo domingo ante Italia se verá la última actuación del gran "Zizou", quien afirmó que luego del Mundial colgará los botines, esos mismos que por el momento parecen no tocar el piso, para entregar genialidades traídas a la tierra directamente de algún lugar superior.

Zidane hizo un partido de ensueño ante Brasil, en los cuartos de final, dejando pinceladas de orfebre, poniendo en ridículo incluso a algunos de los tan afamados "pentacampeones".

"Parece que nació en Barracas", bien podría decir el gran Alfredo Di Stéfano, quien en las callecitas del sur de Buenos Aires comenzó a pergeñar un sueño de grandeza que logró con los años.

Ante Portugal Zidane estuvo a la altura de las circunstancias, porque por él pasó todo el juego francés y llegado el momento supo marcar el penal de una manera genial, casi sin carrera -como en el papi fútbol- y vencer al buen arquero portugués Ricardo, que adivinó la punta.

Luego se dedicó a disfrutar del juego, a su estilo, con su manera, ordenando, distribuyendo para que los aplausos finales recayeran todos en su figura.

Antes del Mundial "Zizou" -cuyo ídolo futbolístico fue el uruguayo Enzo Francescoli- dejó el Real Madrid para meterse de lleno en los que serían los últimos partidos como futbolísta.

Comenzó de manera intrascendente el Mundial, e incluso se perdió el partido ante Togo, tercero en la primera fase, por estar suspendido.

Pero en los momentos claves apareció su magia y el domingo, en su despedida con los pantalones cortos, el retiro podría depararle un nuevo título mundial.

Si en la primera fase todo el mundo se preguntaba "Este es Zidane?", con un dejo de menosprecio, ahora la mayoría se lamenta la decisión que tomó de retirarse, como ya lo expresaron el mismísimo Franz Beckenbauer o Diego Maradona.

Con Francia Zidane logró ser campeón del Mundo en 1998 -marcándole dos goles en la final a Brasil- campeón continental en la Eurocopa 2000. A nivel clubes, también ganó la Liga de Campeones 2002, con el Real Madrid y varias "scudettos" con la Juventus.

Ahora queda saber qué deparará el último capítulo de la historia de Zidane en el fútbol. El domingo ante la poderosa Italia. Igualmente ya estamos extrañándolo, sabemos que su arte -porque lo que hace es más que fútbol- será difícil de encontrar por algunos años más.

Gracias por todo, pero igual...por favor quedate un poco más.