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23 de abril de 2024
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Por Adrián Taccone
Italia, ante todo y contra todos
9 de julio de 2006
Siempre dicen que los campeones son los mejores y la historia los confirma. Nadie se acuerda de los segundos. Italia llegó al Mundial de Alemania 2006 en medio del escándalo que envuelve a su fútbol, con denuncias de sobornos, partidos arreglados y jugadores cuestionados.

Nada importó. El mundial es algo diferente y con el correr de los partidos y del torneo comenzó a aparecer esa temple, experiencia y férrea defensa que solo los peninsulares suelen exhibir ante las adversidades, para así alcanzar el tetracampeonato.

El entrenador Marcelo Lippi conformó un equipo, como se suele decir, "de atrás hacia adelante". Primero se preocupó por mantener el cero en su arco, con un Gianluigi Buffón extraordinario durante todo el torneo y delante de él cuatro "leones".

Un lateral como Zambrotta que corre siempre por la derecha y un Grosso que fue revelación sobre la izquierda y que por momentos hizo olvidar al legendario Paolo Maldini, no por su buen juego, pero si por su efectividad.

En la zaga de centrales estuvieron los mejores hombres. Favio Cannavaro, a los 31 años, se erigió como uno de los mejores del mundo, y a su lado poco estuvo Alessandro Nesta, afectado por lesión. Llegó el turno de Materazzi, un rústico en la marca, pero efectivo a la hora de buscar el área rival.

Marcó dos goles importantes, uno ante República Checa en la primera fase y el empate en la final frente a Francia, donde además hizo expulsar a un Zinedine Zidane desconocido.

La zona del mediocampo mostró a dos jugadores inteligentísimos como Genaro Gatusso, un "hombre de presa" para seguir a los rivales a todas partes y Andrea Pirlo, más cerebral y por momentos el verdadero armador del equipo.

Acompañandolos estuvieron el italo-argentino Mauro Camoranesi, también Pezzota y poco de Francesco Totti, y cuando era necesario, como la semifinal ante Alemania, apareció Alessandro Del Piero para aportar su granito de arena.

Lippi apostó a Luca Toni como delantero centro, y lo acompañó con Iaquinta, Gilardino o el propio Inzaghi, ganando siempre efectividad.

Italia fue el mejor, pese a que su juego por momentos no tuvo el brillo de otros equipos y muchos deseen apuntar sus cañones a la mediocridad del fútbol en general.

Supo hacerse fuerte en las difíciles. Aparecer cuando era necesario y gozar en el final. Ahora espera Sudáfrica 2010 y esperemos que la suerte caiga para el lado de Argentina esta vez.