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26 de abril de 2024
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Por Adrián Taccone
Palermo y Ortega, goles por caminos diversos
18 de marzo de 2007
Los caminos para llegar al gol pueden ser diversos y generalmente bien intencionados, pero la diferencia entre Martín Palermo y Ariel Ortega, fue en la sexta fecha del torneo Clausura 2007, diametralmente opuesta.

Mientras el "Gran Martín" de Boca marcó cuatro tantos, con la fórmula indeleble de su estilo: oportunismo, olfato y efectividad, para que los "xeneizes" le ganen a Gimnasia y Esgrima La Plata por 5-1.

El propio Palermo dijo hace poco que su vida parece una película, por todas las cosas buenas y malas que le han pasado en el fútbol, y por si faltara poco, logró hacer cuatro goles en un partido.

Palermo, ya lo dijo alguna vez Carlos Bianchi, es un "optimista del gol", y nunca da nada por perdido y así es que no por nada está en el Olimpo de los máximos goleadores de la historia y quiere seguir rompiendo récords.

Lo de Ortega fue totalmente diferente, porque si bien todo el público millonario queria verlo jugar -como gran parte del fútbol argentino- entregó algunas cuotas de su calidad y se notó que aún resta mucho para que encuentre su mejor forma y sea el arma que necesita River para ser un equipo con más poder ofensivo.

Sin embargo, Ortega se vistió de Maradona al menos en una ocasión, pero no por su gambeta de "barrilete cósmico", sino por la "Mano de Dios", para definir el partido ante Quilmes por 1-0.

¿Gol ilícito? Totalmente. Porque una mano tan grosera no puede pasar inadvertida por los árbitros, por más que esgriman excusas sin demasiado fundamentos.

Más allá de la polémica, lo destacable es el regreso de Ortega, quien parece ir dejando atrás el cono de sombras que se había apoderado del hombre, siempre más importante que un mero partido de fútbol.