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Por Adrián Taccone
A Los Pumas sólo se les puede decir: "Gracias"
13 de octubre de 2007
En un momento en que las ilusiones, las esperanzas y las utopías escasean, donde todo parece establecido por otras cuestiones que no tienen que ver con la gloria, sino con el dinero y el poder, Los Pumas demostraron que la solidaridad y el trabajo en equipo siempre son más importantes que las individualidades.

Luego de un año en el que la selección de fútbol perdió la final de la Copa América con Brasil (3-0), y los Juegos Panamericanos dejaron mostraron el poco desarrollo del deporte amateur, Los Pumas hicieron resurgir un deporte que en el país es calificado como "elitista".

Sin embargo, desde todos los órdenes del deporte argentino se alentó por el grupo de jugadores conducidos por Marcelo Loffreda que hicieron historia y colocaron al rugby nacional en la mira de todo el mundo.

Jugadores como el medioscrum Agustín Pichot, el apertura Juan Martín Hernández, y el aporte de Felipe Contepomi, más el coraje de los "gordos" como Ledesma, Roncero o Scelzo, hicieron que todos se montaran a la pasión Puma, aún sin comprender demasiado los reglamentos del deporte de 15.

Las victorias ante Francia, Irlanda y Escocia, mostraron un equipo por demás competitivo y profesional, dado que la gran mayoría milita en Europa, mientras que la derrota frente a Sudáfrica, ya habrá tiempo para analizarla en el tiempo.

Lógicamente que el rugby no será la pasión nacional como puede es el fútbol, el Turismo Carretera o incluso el boxeo, pero despertó una sensación de nacionalismo bien entendido y de unidad que siempre florece en el sentir argentino.

Así pasó con el básquetbol en los mundiales y los Juegos Olímpicos, con el fútbol -obviamente- en cada participación, y con el tenis, cuando la Copa Davis nos encolumna detrás de una bandera.

Los Pumas dieron todo, seguramente más de lo que muchos esperaban. Las batallas se ganan o se pierden, pero también hay que pensar la forma en que se pierde, de pie, con el orgullo de ser argentino, pero además, sabiendo que en el deporte como en la vida, hay que ser solidario, generoso y buena gente. Gracias por todo eso.