20 de abril de 2024
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La Selección argentina logró un triunfo histórico en el Maracaná. Pero antes hubo una represión infame de la policÃa carioca sobre hinchas argentinos. El sueño sigue adelante
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Por Adrián Taccone
Argentina: una de cal y otra de arena
18 de junio de 2008
La Argentina se pareció a "Dos caras", o "Falsafaz", aquel villano que combatía a Batman, y que tenia la mitad de su rostro desfigurado y el otro no, y en parte esa es la imagen que el equipo de Alfio Basile dejó en los partidos ante Ecuador y Brasil, en ambos con empates (1-1 y 0-0).
Lo demostrado el domingo en el estadio de River, ante Ecuador, con un agónico empate por el gol de Rodrigo Palacio, fue el desencanto puro y quizás, como dijo Juan Román Riquelme en otras palabras, la peor producción del equipo en esta eliminatoria.
Sin reacción, sin respuestas, ni variantes, la Argentina padeció el partido ante los ecuatorianos, y eso el público lo percibió y apenas gritó -casi como un desahogo- el gol de Palacio.
Brasil era la prueba de fuego que enfrentaba Argentina con todo el potencial de jugadores que podía reunir Basile, con Messi, Riquelme y Agüero, entre otros.
El conjunto brasileño está lejos de ser el "todopoderoso" del fútbol que solía ser, en parte ante la falta de Kaká, Ronaldinho y el polémico Ronaldo.
No obstante, de local es peligroso y eso lo sabían Basile y su cuerpo técnico, por eso tomaron las precauciones del caso.
La producción argentina fue diametralmente opuesta a la reflejada ante Ecuador. Con un Juan Román Riquelme movedizo, un Fernando Gago a la altura de las circunstancias, un Lionel Messi que por momentos fue la figura que se le pide que sea y un Roberto Abbondanzieri que hizo las cosas muy bien cuando fue exigido.
El balance parece ser poco para el potencial que Argentina tiene en el contexto mundial -está primera en la clasificación de FIFA-, pero si se toman en cuenta los resultados generales de las eliminatorias, se puede pensar que está a mitad de camino.
Sumó una de cal y otra de arena.
Lo demostrado el domingo en el estadio de River, ante Ecuador, con un agónico empate por el gol de Rodrigo Palacio, fue el desencanto puro y quizás, como dijo Juan Román Riquelme en otras palabras, la peor producción del equipo en esta eliminatoria.
Sin reacción, sin respuestas, ni variantes, la Argentina padeció el partido ante los ecuatorianos, y eso el público lo percibió y apenas gritó -casi como un desahogo- el gol de Palacio.
Brasil era la prueba de fuego que enfrentaba Argentina con todo el potencial de jugadores que podía reunir Basile, con Messi, Riquelme y Agüero, entre otros.
El conjunto brasileño está lejos de ser el "todopoderoso" del fútbol que solía ser, en parte ante la falta de Kaká, Ronaldinho y el polémico Ronaldo.
No obstante, de local es peligroso y eso lo sabían Basile y su cuerpo técnico, por eso tomaron las precauciones del caso.
La producción argentina fue diametralmente opuesta a la reflejada ante Ecuador. Con un Juan Román Riquelme movedizo, un Fernando Gago a la altura de las circunstancias, un Lionel Messi que por momentos fue la figura que se le pide que sea y un Roberto Abbondanzieri que hizo las cosas muy bien cuando fue exigido.
El balance parece ser poco para el potencial que Argentina tiene en el contexto mundial -está primera en la clasificación de FIFA-, pero si se toman en cuenta los resultados generales de las eliminatorias, se puede pensar que está a mitad de camino.
Sumó una de cal y otra de arena.