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20 de abril de 2024
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Por Adrián Taccone
Demasiados millones, pero muy poco fútbol
10 de septiembre de 2008
Mucho se habla acerca de las virtudes de los jugadores argentinos, de lo bien que son considerados por los clubes más importantes del mundo y de cómo sus billeteras y cuentas bancarias suman millones al compás de los elogios.

Sin embargo, calzarse la camiseta de la selección argentina es otra cosa, la historia así lo manda.

Nadie puede estar pendiente de si una gambeta es igual a una mejor campaña de marketing o si un gol equivale a un aumento de sueldo.

Lo hecho en los Juegos Olímpicos de Beijing, con medalla de oro incluida, fue excelente y seguramente perdurará en el recuerdo de hombres como Juan Román Riquelme, por su experiencia personal, o Lionel Messi, considerado el "futuro" del fútbol argentino.

Sin embargo, las eliminatorias sudamericanas son otra cosa, no permite siquiera pestañar, ni errores infantiles en jugadores superprofesionales que sólo deben pensar en jugar y alcanzar un objetivo llamado Sudáfrica 2010.

La autocrítica estuvo en la voz de Gabriel Heinze, cuando se hace cargo del gol en contra, pero parece no haberla en el cuerpo técnico que lidera Alfio Basile, principal responsable de este juego -sin juego- de la selección albiceleste.

En su favor se podría decir que tuvo que sortear muchos imponderables en los empates ante Paraguay y Perú -ambos 1-1-, como la temprana expulsión de Carlos Tevez, y las lesiones de Roberto Abbondanzieri y Jonás Gutiérrez.

Pero tampoco hay que olvidarse que este equipo hace cinco, reitero cinco, partidos que no gana en las eliminatorias y el público critica tanto a la concepción del juego como a algunos hombres rutilantes y que parecen tener "coronita" y nunca deben salir del equipo, cuando su producción es muy baja.

Ahí está Paraguay, con un juego sacrificado y efectivo, que también tiene a muchos de sus hombres militando en el extranjero, pero que sin embargo comanda las eliminatorias sudamericanas de la mano de un argentino, Gerardo Martino.

Basile deberá barajar y dar de nuevo, porque lo que se viene son partidos ante Uruguay -de local- y Chile de visitante. El tiempo se acaba. La paciencia también.