La consagración del rosarino Lionel Messi en la final de la Copa de Campeones, con un gol de cabeza incluido, no hace más que confirmar lo que desde hace tiempo la "Pulga" viene prometiendo y hoy es una realidad.

El joven de 21 años ya sabe lo que son las mieles del éxito y este 2009, con el Barcelona, logró la "triple corona" (Liga, Copa del Rey y Europea), y pareciera que su techo futbolístico aún está lejos.

En la Argentina varios son los jóvenes que quieren emularlo, ya sea con la zurda o con la derecha, y su rostro ya es un ícono del marketing, tras la era David Beckham y en pleno apogeo de Cristiano Ronaldo.

Todo lo que Messi ha demostrado en tierras del Viejo Continente no ha sido más que producto de su evolución futbolística y personal, y ahora debe ratificarlo con la camiseta de la selección argentina, para ocupar ese sitial destinado a los grandes nombres del fútbol mundial como Diego Maradona, Pelé, Alfredo Di Stéfano, Franz Beckenbauer y Zinedine Zidane, entre otros.

Messi tiene cualidades futbolísticas innatas que no resisten la tentación de compararlo con Maradona, quien a su vez lo tiene como referente en el equipo nacional que se prepara para el Mundial de Sudáfrica 2010, en medio de unas eliminatorias complejas y espinosas.

Muchos eran los que esperaban que Messi se consagrara en Europa -también fue goleador de la Copa de Campeones- para poder erigirlo en el mejor jugador del Mundo.

Si la FIFA consagró con ese rótulo a Ronaldo, a pesar de que el jugador portugués no ganó la misma cantidad de títulos que "La Pulga", es lógico pensar que el rosarino será el próximo rey del fútbol mundial.

La Argentina se ilusiona teniéndolo en sus filas.

Sólo resta que todos los astros estén de su lado para cuando luzca la 10 albiceleste.

Ojalá así sea.