El año 2009 de Lionel Messi a nivel personal no podía ser mejor, porque ganó seis títulos con el Barcelona de España, logró con Argentina la clasificación al Mundial de Sudáfrica 2010 y fue considerado el mejor jugador del mundo por parte de la FIFA.

Fue factor desequilibrante para que el Barsa consiga la liga española, se quedara con la Champions League tras vencer al Manchester United -marcó el gol del triunfo- y fue además el autor del tanto con que venció el equipo catalán a Estudiantes de La Plata en Qatar por 2-1.

Si bien ha recibido algunas críticas jugando para la selección argentina, por algunas desaveniencias con el entrenador Diego Maradona e incluso por su producción con la 10 albiceleste, nadie puede dejar de negar que ha estado en grandes logros, con apenas 21 años.

Ahora llega el momento de la consolidación y de dar el último salto para entrar definitivamente en la gloria, porque se viene un 2010 en donde el Mundial de Sudáfrica significará una especie de revancha personal, por la frustración del 2006, pero también el de demostrarle al mundo que puede ser el arma letal en la selección nacional.

Las esperanzas en el rosarino están puestas desde muchos lados. La gente lo tiene como un referente a nivel mundial y busca en su persona un ídolo que permita ilusionar a los hinchas argentinos. El 2009 fue genial y el 2010 llegará lleno de esperanzas.