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20 de abril de 2024
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Por Adrián Taccone
El que debe no puede y el que puede no debe
7 de febrero de 2010
El tema por reiterativo parece remanido. Historia vieja, problemas conocidos, sin soluciones a la vista, aunque las hay, pese a que no quieran tomarlas.

La enfermedad de Ariel Ortega, su adicción al alcohol, sus "recaídas" y sus "enojos" con cuanto entrenador de River lo saque del equipo, le diga qué debe hacer y le de una nueva chance, parece una de esas películas que repiten hasta el cansancio en la televisión de verano.

El que debe, es en este caso, Ortega. Debe replantearse, no solo su carrera futbolística, sino también su vida personal, por su bien y el de su familia.

Al parecer "no puede", porque las "recaídas" se repiten, se potencian y comprometen a aquellas personas que, como Leonardo Astrada y Daniel Passarella, entrenador y presidente de River, han dado muestras de la paciencia y el cariño que le tienen al jujeño.

Que pasa con el "que puede", rol que le cabe a Astrada, dado que él podría hacer caso omiso a esta nueva afección de Ortega, pero que bien hace en plantarse ante la situación y tomar una decisión, pese al disgusto y el enojo del ídolo "millonario".

Astrada "no debe" dar el brazo a torcer, por lo que se comentó antes. Por el propio Ortega, por el de su familia, pero por ser el entrenador del equipo, por el conjunto de jugadores que dirige también.

Seguramente a Astrada, quien compartió muchos años con Ortega en River, no le debe causar ninguna gracia tener que estar en este lado del mostrador, como en su momento lo tuvo Diego "Cholo" Simeone -ex compañero del "burrito" en la selección argentina-, y que motivó que el jujeño recale en Independiente Rivadavia de Mendoza, en la Primera B Nacional antes de su regreso a River.

Ante este panorama resta saber qué postura tendrá Passarella ante el problema de Ortega, hijo dilecto de su gestión, ya que fue él quien lo hizo debutar en primera división con tan solo 17 años.

Ortega el mes próximo cumplirá 36 años. Los problemas se repiten con una asiduidad que lastima a la parcialidad de River que lo idolatra, pero también para un fútbol argentino acéfalo de referentes.

Habrá que ver qué es lo que hace el que "debe" hacer algo, pero que a la vez se ve que "no puede", y la respuesta del que "puede" pero no "debe". El teorema está planteado, la solución no.