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26 de abril de 2024
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Por Adrián Taccone
Superclásicos eran los de antes, sin dudas
14 de marzo de 2010
El próximo fin de semana, el domingo más precisamente, se disputará una nueva versión del superclásico del fútbol argentino, entre Boca y River, en el estadio La Bombonera, donde según algunas encuestas es uno de los espectáculos deportivos que nadie debe perderse antes de morir.

Obviamente que esa calificación debería seguir siendo así con el paso del tiempo, pero en este caso, una recomendación desde esta columna para aqeullas personas que aman este deportes, es decirles que no pierdan su tiempo y su dinero, para ir a La Bombonera, dado que lo que se vislumbra, no es gran cosa.

Algunos nostálgicos recuerdan un 5-4 de River sobre Boca en la década del '70, o bien se podría hablar de las hazañas de unos y otros en campos rivales, pero pensar que el próximo domingo habrá un espectáculo que valga la pena, es ser demasiado optimista o no haber visto jugar a ambos conjuntos en las últimas fechas.

En la previa se hablará sobre la casi segura ausencia de Ariel Ortega, arrastrando aún secuelas de su adicción al alcohol, y que River "llega mejor" que Boca, porque le ganó a Huracán 2-0 y el "xeneize" perdió 3-0 con Tigre.

Otro tema será la oportunidad que tendrá Martín Palermo de superar el récord de Roberto Cherro para ser el máximo goleador de la historia del club de la Ribera, o si el brasileño Luiz Alberto puede lucir la camiseta "xeneize" una vez más.

Pero nada se hablará acerca de si el partido puede ser bisagra para el desarrollo del torneo, en su lucha por alcanzar el título, dado que River marcha en la décima posición con 12 unidades, mientras que Boca está decimoctavo, con tan solo 8 puntos.

Los presentes futbolísticos de los dirigidos por Leonardo Astrada y Abel Alves son de por sí discretos, sin brillo y de una mediocridad que contrastan con su historia, aunque la pasión de sus hinchas seguramente abarrotará el mítico estadio de Brandsen 805.

Lo único que uno puede pedir es que la locura no invade a nadie y que la desesperación no se tiña de violencia. En definitiva es un espectáculo deportivo. Un partido de fútbol, pese a que ni Boca, ni River le hacen honor a este deporte por estos días.