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Por Adrián Taccone
Emociones de Estambul a Buenos Aires
7 de septiembre de 2010
Las emociones deportivas de un martes atípico, tuvieron dos puntos en común, con miles de kilómetros de distancia, ya que en Estambul (Turquia) y en Buenos Aires (Argentina), dos selecciones nacionales, la de básquet y la de fútbol, entregaron la alegría deportiva que tanto se espera.

Si bien hay diferencias entre uno y otro, dado que el triunfo de la selección de básquet (sin Emanuel Ginóbili, ni Andrés Nocioni) ante Brasil (93-89) es por el Mundial de la categoría y el pase a los cuartos de final, y la victoria por 4-1 de los jugadores de fútbol ante España fue en un amistoso, ambos tienen un valor significativo en el mundo deportivo.

Las ganas y el esfuerzo de la "Generación Dorada", sin tener como referencia a su mejor jugador (Ginóbili), hizo que el esfuerzo demostrado ante su ex entrenador, Rubén Magnano dirige Brasil, se viera recompensando con creces, en una victoria trabajosa, complicada, peleada, pero justa y merecida.

El poder de sacrificio de Luis Scola, autor de 37 puntos, como así también de Fabricio Oberto, a quien en su rostro se le vieron las secuelas de los días con un malestar estomacal muy fuerte, hicieron que se contagiaran las ganas en sus compañeros y así hombres como Delfino o el mismo Prigioni, pudieron colaborar con un trabajo estupendo para acceder a la nueva instancia, en donde espera la "gigante" Lituania.

En otro contexto, pero con la expectativa que genera siempre la presentación de la selección argentina de fútbol, la albiceleste pudo golear con una contundencia inusitada a España, el flamante campeón del mundo, y así pudo volver a recuperar la confianza ante su público, tras el estrepitoso fracaso del Mundial de Sudáfrica.

No es poca cosa que Lionel Messi haya roto el maleficio de 10 meses sin marcar goles en la selección, justamente ante España, donde hay varios de sus compañeros en el Barcelona, y además en el estadio Monumental.

Pero este equipo de Sergio Batista, porque a nadie le quepa duda que el "Checho" continuará siendo el DT de la selección, mostró casi los mismos nombres, pero también un planteo de juego diferente, con la vuelta de nombres como Cambiasso o Banegas, que le dieron otro aire al mediocampo.

Claro que si uno cuenta en su equipo con la calidad de Higuaín, de Messi y la entrega de Carlos Tevez, no se puede pensar en que el juego es malo, aunque a veces las cosas no salgan.

Por suerte la emoción de ser argentino, de saber que se tienen deportistas de primer nivel -Las Leonas hacen lo suyo en Rosario también- no es una quimera.