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26 de abril de 2024
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Por Adrián Taccone
Argentina mostró temple y sólo faltan dos peldaños
El equipo albiceleste derrotó al duro escollo que significaba Bélgica. Mostró fútbol, orden y la vuelta del goleador Higuaín, que le dieron la cuota necesaria para conseguir grandes objetivos. Quedan dos partidos
5 de julio de 2014
Perdón por los errores de tipografía que se pudieran leer en este comentario. Las lágrimas de un profesional son también de un hombre que ama al fútbol y siente la pasión como cualquier terrestre.

Hecha la aclaración lo primero que se debe saber es que esta Argentina de Alejandro Sabella y Lionel Messi ya hizo historia.

Rompió el maleficio de los cuartos de final, accediendo luego de 24 años a la semifinal de un Mundial y, de una u otra manera, se asegura jugar siete partidos, sea el decisivo por consagrarse campeón o el del tercer y cuarto puesto.

Argentina fue por primera vez en todo el torneo, un equipo.

Con todas las letras. Con la vuelta del goleador esperado. Gonzalo Higuaín sorprendió a todos y puso el 1-0 a los 7 minutos, algo que ya le dio al equipo otra manera de encarar el cotejo, ante una Bélgica ordenada y férrea.

Sabella se la jugó con los cambios sobre el final. Apostó a la experiencia de Demichelis por Fernández y el despliegue de Biglia como doble cinco, por un Gago que no tuvo una buena actuación ante Suiza en los octavos de final.

Así salió Argentina. Decidida. Con Messi preocupando y ese gol que hizo estallar el Mané Garrincha de Brasilia.

La lesión de Angel Di María supuso un contratiempo, pero ahí Sabella jugó una carta que hasta ahora no había mostrado. Metió a Enzo Pérez, un viejo conocido suyo, y el ex Estudiantes no lo defraudó.

Mascherano siguió siendo el patrón de un equipo que fue de menor a mayor en este Mundial.

El "hombre de otro planeta", como en su momento lo definió el DT de Nigeria, Lionel Messi, se puso al equipo al hombro. Se mostró, jugó, corrió y hasta se excedió en alguna marca con pierna fuerte.

Pero "La Pulga" está enchufado. Se reflejó en el hecho de que fue uno de los últimos hombres argentinos en irse del campo de juego y con sus puños apretados intentó abrazar a los hinchas albicelestes.

Argentina, con sus errores y sus aciertos, pero con un orden que al parecer ya encontró y no quiere dejar de lado. Con un equipo. Con estrategia. Ya está haciendo historia.

La última vez que Argentina jugó los siete partidos de un Mundial fue en Italia 90, cuando Maradona insultó a los italianos que le silbaron el himno, y Goycochea hizo todo lo que pudo para tapar el penal de Brehme.

En "tierras futbolísticas enemigas", la gloria está cerca, el sendero trazado y solo quedan dos peldaños para que en el Maracaná la celeste y blanca vuelva a estar en lo más alto.

Ahora entiendo un poco más a Víctor Hugo Morales cuando luego del relato del gol de Maradona a los ingleses (el segundo) pidió perdón por las lágrimas.

Sepan disculpar, estamos trabajando a pura emoción.