Por Adrián Taccone, para Asteriscos.tv

Algunos podrán suponer que un campeón de fútbol, de un torneo como es la Superliga argentina, con 25 fechas por disputarse y con todo lo que significa en este deporte en el país, siempre manchado de suspicacias, controversias y polémicas.

Racing llegó a esta conquista, la segunda a nivel local en los últimos cinco años, con mucho de esfuerzo -lógicamente- pero también con ejemplos que no solo de fútbol, porque tuvo coherencia, incluso en momentos tan difíciles como el que se presentó en el conflicto con Ricardo Centurión y sus desaveniencias con Coudet.

El entrenador Eduardo "Chacho" Coudet siempre tuvo en el horizonte esa propuesta de fútbol "de ir al frente", pero con juego, con una propuesta lógica y un plantel que fue creciendo con el correr de las fechas, el objetivo llegó.

Este Racing se solidificó en la excluyente figura de Lisandro "Licha" López, quien desde su liderazgo y sus goles, hizo que todos los jugadores que surgieron de la entidad o bien que llegaron desde otros lados, se alinearan sobre la base de que el equipo está por encima de las individualidades.

Al margen de las estadísticas, que entregaron solo dos caídas y con 42 goles a favor, 15 en contra, 17 triunfos y 5 empates y que colocaron a Racing campeón a una fecha del final, lo que el equipo de Coudet dejó en evidencia es que una propuesta colectiva puede ser mucho más acertada que nombres propios.

El "episodio Centurión", con la polémica entre Coudet y el habilidoso jugador, logró superarse sin abrir grietas ni dejar heridos en el camino. Por ese motivo también Racing fue el campeón, porque nada es por casualidad.