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20 de abril de 2024
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Por Gabriela Granata
Dos años a todo K
La renegociación de deuda y la consolidación del poder son dos puntos fuertes de esta primera mitad del gobierno de Kirchner. El empleo y la seguridad siguen siendo asignaturas pendientes. El riesgo de tentarse con opciones hegemónicas.
1 de enero de 2000
24-05-2005

Tras haber asumido el 25 de mayo de 2003 con menos del 22 por ciento de los votos, Néstor Kirchner –el ex gobernador santacruceño- logró consolidar su poder y alcanzar una imagen positiva que promedia el 60 %.

Este punto, junto con la renegociación de la deuda, son dos aspectos destacados de su gestión.

Pero aún quedan cuestiones centrales por resolver, como el empleo y la seguridad, además de consolidar la confianza para que vuelvan las inversiones.

El presidente busca plebiscitar su gestión en octubre próximo. Dice que necesita un triunfo contundente para que no le pase como a Alfonsín y De la Rúa, que perdieron en las legislativas y vieron debilitadas sus administraciones.

A continuación, un informe sobre las diez claves de estos primeros dos años de gobierno K.

1 - Deuda

El principal logro que puede atribuirse el gobierno de Kirchner es haber conseguido renegociar la deuda en default con un alto índice de aceptación: el 76 % de los tenedores de bonos aceptaron una importante quita que rondó el 60 %.

A pesar de las trabas judiciales y de la presión de los organismos internacionales por contener a los bonistas que no ingresaron al canje, hoy ya no es una preocupación en el gobierno este punto.

Sin embargo, el gobierno atraviesa una relación oscilante con el Fondo Monetario Internacional, y se puso como meta un plan de “desendeudamiento” para trata de limitar la presión que ejerce el organismo en el monitoreo de las cuentas públicas.

Como punto a favor, consiguió en los últimos días una postergación para el pago de vencimientos no obligatorios.

De todos modos, la deuda externa argentina sigue siendo alta y ronda los 125 mil millones de dólares.

Además, aún no se restablecieron con claridad las reglas de juego en el sector privado y la Argentina sigue siendo vista en el exterior como una nación que no cumple con sus compromisos, lo cual genera desconfianza.

2 - Empleo

Néstor Kirchner asumió la Presidencia en mayo de 2003 con el 21,2 por ciento de desempleo.

La última medición arrojó una cifra de 13 % de desempleo, lo que significa que casi 2 millones de personas están desempleadas.

Estos datos reflejan el tema que es la principal preocupación de la gente de acuerdo a los sondeos de opinión.

El tema es aún más complejo porque estas cifras contemplan a 1,5 millones de personas que cobrar 150 pesos del Plan para Jefas y Jefes de Hogar. De otro modo, el desempleo sería del 16,6%.

3 - Salarios

A la par de la discusión por los puestos de trabajo, en el gobierno de Kirchner se abrió la disputa por la recuperación del poder adquisitivo.

El salario mínimo vía acuerdo del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil es el de 450 pesos. Ahora lo llevarían a 510.

El salario promedio es de 650 pesos, pero la canasta básica para no caer en la pobreza supera los 800 pesos. Estas tres cifras reflejan la delicada situación de los ingresos en la Argentina.

4- Crecimiento

En 2003 el PBI acumuló un crecimiento de 8,8 por ciento y en 2004 el alza fue de 9 por ciento, superando las expectativas oficiales y privadas.

Las previsiones para 2005 rondan entre el 5 y el 7 por ciento.

5 - Justicia

El gobierno de Kirchner nombró a tres ministros de los nueve que integran la actual Corte Suprema de Justicia: Eugenio Zaffaroni, Elena Highton de Nolasco y Carmen Argibay, que se suman a Juan Carlos Maqueda, nombrado por el ex presidente Eduardo Duhalde.

El Congreso discute ahora si hay causales para impulsar el juicio político a Antonio Boggiano.

Si es destituido se produciría el quinto recambio en menos de tres años, con el desplazamiento de los magistrados señalados como proclives a haber favorecido al gobierno de Carlos Menem.

Kirchner apuntó a establecer que su gobierno iba a apuntar a una fuerte depuración de la Justicia y no evitó comprometerse en temas polémicos. A pocos días de asumir el gobierno, impulsó a través de un mensaje por cadena nacional el juicio político a los miembros de la Corte.

En las últimas semanas cuestionó con dureza el fallo que permite la libertad del principal acusado por el caso Cromañón, Omar Chabán, y lo encadenó con la libertad de la ex funcionaria menemista María Julia Alsogaray.

Además, la inseguridad continúa siendo una preocupación para la mayoría de la gente y sigue habiendo zonas oscuras en el país donde los ciudadanos no se sienten seguros.

6 - El Mundo

Kirchner estableció un eje regional donde la relación con Brasil y Venezuela tiene puntos privilegiados. El gobierno buscó fortalecer la relación en el Mercosur a pesar de los intentos de Lula Da Silva de ampliar sus fronteras, a veces, contra los intereses de sus socios regionales.

Claro que Kirchner utilizó su marca registrada. Con “estilo K” cuestionó las movidas inconsultas de Brasil –a veces directamente, a veces a través de sus ministros- y criticó los intereses hegemónicos de los industriales paulistas. Por lo menos tres veces se reunió con Lula para “limar asperezas”. La relación política continúa, pero las tensiones se disimulan cada vez menos.

Con Hugo Chávez, Kirchner profesa agradecimiento por la colaboración en la compra de bonos y en la ayuda energética. Es una molestia para su relación con los Estados Unidos, pero el gobierno la explota como carta para no rendirse a Washington.

También privilegió Kirchner su relación con los gobiernos europeos de peso, en especial con el español José Luis Rodríguez Zapatero, y avanzó en su relación con Alemania y Francia.

7 - Duhalde

Principal socio y principal adversario. Eduardo Duhalde dotó a Kirchner de estructura para llegar al gobierno, un bloque de diputados bonaerense que votó a pie juntillas de acuerdo a los deseos del Poder Ejecutivo y varios ministros a su gabinete que sobrevivieron a la era duhaldista: José Pampuro (Defensa), Aníbal Fernández (Interior), Ginés González García (Salud) y Roberto Lavagna (Economía).

Las tensiones con Duhalde llegaron a la hora de definir el poder real. Kirchner quiere avanzar sobre la estructura del justicialismo en la provincia de Buenos Aires, hasta ahora principal bastión duhaldista, para poner pie en el distrito electoral más grande del país que concentra casi el 40 por ciento de la población.

Duhalde tensó la cuerda, pero siempre retrocedió un paso antes de la ruptura. Kirchner lo ubicó en los últimos meses como un dirigente que ya no tiene nada que hacer en la política doméstica. ¿Habrá cumbre entre los dos para definir candidaturas?

8 - Elecciones

Kirchner llegó al gobierno con el 22 por ciento de los votos. En su primer test electoral de octubre quiere por lo menos, duplicar esa cifra. Para eso, se está metiendo personalmente en el armado de listas a diputados nacionales para que, en los principales distritos del país, tengan la impronta K

Su esposa, Cristina Fernández le pondrá el apellido Kirchner a la provincia de Buenos Aires. Casi con seguridad, el canciller Rafael Bielsa estará en la ciudad de Buenos Aires liderando la lista de diputados nacionales. También se sumará el ministro de Justicia, Horacio Rosatti, a la cabeza de la lista de diputados de Santa Fe.

Kirchner no desecha además el armado “transversal”: dirigentes sociales, sectores de centroizquierda o progresistas no PJ. Todo suma a la hora de llevar su Frente para la Victoria a todo el país plebiscitar su gestión.

9 - Derechos Humanos

Fue uno de los temas centrales de su gestión política. Convirtió la ESMA en un proyecto de Museo para la Memoria. El presidente participa en todas las actividades que puede vinculados con la memoria de los desparecidos y la investigación de los delitos de lesa humanidad que se cometieron durante la última dictadura. Derogó las leyes de obediencia debida y punto final.

10- Estilo K

Frontal. Con cuestionamientos a las “corporaciones” y a los poderes que presionan al Estado, Kirchner construyó un estilo confrontativo para defender los intereses de la Nación.

Las decisiones se toman en un círculo reducido en el que participan su esposa, Cristina Fernández; el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y su secretario general Oscar Parrilli.

Tiene obsesión por mantener el superávit y los indicadores económicos en orden. No realiza reuniones de gabinete y no tiene vínculos orgánicos con los partidos de la oposición.

Dice que no busca la reelección. Por ahora. Espera los resultados de octubre para construir la segunda etapa de su gobierno. Depende de cómo le vaya, empezará a diseñar su segunda gestión en el poder.

La gran asignatura pendiente tal vez sea el fortalecimiento de las instituciones y el mantenimiento de la independencia de los tres poderes.