19 de abril de 2024
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Pablo Rojo y los créditos para inquilinos
“Hay una brecha entre el valor de la vivienda y los ingresos”
Rojo dijo que "faltan tierras" y pidió “bajar los costos de construcción”. Una cuota similar a un alquiler serviría para comprar un tercio de la superficie
22 de agosto de 2006
“Cuando un inquilino quiera convertir su cuota de alquiler en su cuota de préstamo hipotecario se va a dar cuenta de que, con esa cuota, va a estar comprando aproximadamente un tercio de la superficie que tenía al momento de ser inquilino”, sostuvo Rojo.
En el caso de la composición de costos, Rojo remarcó que el principal problema es “la enorme carencia y el costo de las tierras para construcción urbana, que incide en un 30 por ciento” del precio de la propiedad.
“La escasez de tierra urbana para construir en un país tan grande, se explica porque no ha habido inversión en infraestructura. No se puede construir en cualquier lado porque no hay redes de cloacas, agua, electricidad y sistemas de transporte”, remarcó.
El ex titular del Banco Hipotecario Nacional expresó sus dudas sobre la efectividad del plan porque “el verdadero problema es la brecha que hay entre el valor de las vivienda y los ingresos familiares, los salarios, para pagar semejantes valores de viviendas”.
El economista consideró que la ampliación de los plazos de crédito “va a tener muy poca incidencia, porque el cálculo matemático indica que el monto de la cuota, con las tasas de interés que existen hoy, harían bajar el monto de la cuota de forma muy marginal si se amplía de 20 a 30 años”.
Por eso, focalizó la cuestión en los ingresos ya que en la economía actual “el salario promedio es de 900 pesos, o 300 dólares, y el metro cuadrado de vivienda cuesta de 800 dólares para arriba”.
Rojo consideró que, para que tenga efecto el sistema de créditos por inquilinos, “el Gobierno tiene que trabajar fuertemente en bajar los costos de construcción y que haya viviendas de buenas terminaciones y buenas características a precios que sean más competitivos”.
El economista amplió que el Gobierno tiene posibilidades de incidir en ese aspecto porque “gran parte de las tierras disponibles pertenecen a entes públicos, y además puede dar directivas a las empresas para desarrollar infraestructura que haga construible a muchas zonas cercanas a las grandes ciudades”.