El economista justicialista advirtió acerca de la erosión en el tipo de cambio. Y consideró que el 25 de mayo sería conveniente para relanzar el modelo
El economista Eduardo Curia planteó hoy la necesidad de resolver en forma urgente la expectativa creciente de inflación que existe en la Argentina y modificar instrumentos para medir el índice de precios, y advirtió que la paridad cambiaria está perdiendo competitividad.
Curia consideró necesario avanzar en correcciones para atender los problemas que presenta el modelo económico, entre los cuales el más urgente es el de la inflación, que tiene expectativas en alza.
Advirtió que, ante el déficit de credibilidad que tiene el índice de inflación, se debe aplicar una terapia contundente, que implica un régimen de metas pro modelo, descendente, y que el Gobierno se comprometa a cumplirlo como señal a los agentes económicos.
El economista, el primero en alertar en los 90 sobre los problemas de la convertibilidad, dijo que se deben aplicar medidas de fondo y salir con un nuevo índice, para lo cual hay un plazo acotado. El 25 de mayo sería una buena fecha para los anuncios, estimó.
La visión general es que existe un déficit de credibilidad y la negociación salarial avaló la visión discordante con el índice oficial, indicó el economista en referencia a la pauta salarial del orden del 20 por ciento que comenzaron a acordar los gremios.
Propuso, además, que se fije una pauta fiscal severa, de más del 4 por ciento del Producto, desacelerando el gasto, con una política de salarios y de ingresos coherente con las metas descendentes de inflación.
En una entrevista con el programa Asteriscos, por Canal Metro, el economista planteó, además, que el tipo de cambio en la Argentina perdió competitividad si se lo clasifica de acuerdo con el dólar real, que se comió un 30 por ciento de la paridad con el peso, a lo que se suma la erosión por salarios.
De todos modos, Curia indicó que no se puede plantear ahora una corrección en el tipo de cambio porque se debe avanzar primero en el horizonte descendente de inflación que, si se hace en forma urgente y bien, no seguirá erosionando la relación entre el peso y el dólar.