Camau Espínola, ese correntino que empezó a navegar, a los 11 años, en la laguna Totota, es uno de los deportistas más destacados de la historia del olimpismo.

Carlos Espínola no se cansa de hacer historia y subirse al podio con la bandera argentina.

Ahora, lo consiguió, por segunda vez junto a Santiago Lange, en los Juegos Olímpicos de Pekín, con un bronce en la Clase Tornado, pero también conoció la gloria en Atlanta 1996, Sydney 2000 (ambos, fue plata) y en Atenas 2004 (otro bronce).

Camau tiene 37 años y es el único argentino que consiguió cuatro medallas olímpicas.

Ya era récord con tres, tras Atenas 2004, pero su jerarquía se mantuvo a lo largo del tiempo, a pesar de que pasaran otras olimpíadas.

Espínola junto a Lange hacen flamear la bandera nacional en Quingdao, ciudad situada a más de 500 kilómetros de Pekín, mientras, en Corrientes, su tierra, papá Jorge, mamá Marita y su hermana menor María Inés siguen la carrera por televisión desde la casa familiar. Cada uno desde su habitación, mientras chequean a cada rato en la computadora los resultados de las regatas.

"Preferimos ser pocos, porque cada vez nos ponemos más nerviosos. Por suerte lo logró, Camau es un orgullo para el deporte argentino, estamos emocionados.", dice su padre Jorge, que ya está organizando el asado para recibirlo. También, bien despiertos, lo habrán seguido a Camau su hermano mayor Jorge y su novia Cecilia.

Esa figura de 1,75 metros y 73 kilos fue campeón sudamericano de windsurf, cuando sólo tenía 17 años. Luego, llegaron las fortalecedoras experiencias olímpicas. Todo empezó en Atlanta 1996, con una medalla de plata en la Clase Mistral, que, luego, lo llevó a ganar el Olimpia de oro ese año.

Después, en la misma categoría, repitió el título en Sydney 2000 y, tras competir en Australia, se unió a Santiago Lange para probar suerte en la Clase Tornado. Llegó la consagración en Atenas 2004, con una medalla de bronce. Ese año, la dupla consiguió el campeonato del mundo.