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Paul Gascoigne pide a su familia que lo dejen morir
El genial y rebelde ex futbolista inglés parece haber llegado al límite a pesar de contar con sólo 41 años. Pide que lo dejen morir en paz. Imágenes de su juego
14 de septiembre de 2008
Al menos eso asegura. Según pasan los días, la línea que separa la vida y la muerte se hace más imperceptible en el caso del ex internacional británico.

Da igual que Alex, la viuda del legendario norirlandés George Best —quien murió víctima de su adicción al alcohol—, hiciera una llamada de auxilio desesperada en favor de Gascoigne en fechas recientes.

Paul se fugó de la clínica en la que se hallaba ingresado en Tunes (Portugal) para esconderse en un hotel de cinco estrellas enclavado en Vilamoura el pasado viernes.

Cuando Sheryl, su ex mujer, y su hija Bianca le pidieron por favor que regresara al centro de rehabilitación para tratarse de su enfermedad, éste respondió con un explícito: “¡Que se jodan!”. Además, instó a ambas partes a que se marcharan y le dejaran morir en paz.

Acompañado de una chica

Horas más tarde, la Policía alertó a una ambulancia después de encontrar a Gazza en estado semiinconsciente acompañado de una chica. “Había ocasionado algún disturbio en el hotel fruto de su estado. Lo que ocurrió es que sufrió una sobredosis a raíz de la ingesta de píldoras y alcohol”, señaló una fuente próxima al ex futbolista a The Sun.

Lo más preocupante de todo es que los médicos encontraron su estómago absolutamente devastado. Sin embargo, el propio Gascoigne intentó restar importancia al suceso: “Me rompí la cadera y he venido para ver si me la arreglaban”. Algo que el testigo del tabloide desmintió categóricamente: “Él estaba sedado, ya que en el hospital se le practicó un lavado de estómago”.

En cualquier caso, el ex del Tottenham tiene difícil cura. Ante tal tesitura, sólo queda rogar: “¡God save Gazza”.