La Argentina volvió a hacer un papelón internacional.

No fue un zapato como en las conferencias de prensa del ex presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, pero el misil fue igual de contundente.

La embajadora de Estados Unidos en Argentina, Vilma Martínez, se preparaba para brindar una charla en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Cuyo, provincia de Mendoza, cuando un naranja voló desde el auditorio.

Si bien el proyectil no dio en el blanco -terminó estrellado contra una de las paredes de la sede universitaria-, la naranja marcó el rechazo de un grupo de estudiantes y militantes de agrupaciones de izquierda, que también se valieron de gritos, cánticos y banderas para repudiar a la enviada norteamericana.

El mal recibimiento de la funcionaria fue con motivo del conflicto que mantienen los trabajadores de la empresa de capitales estadounidenses Kraft, en Buenos Aires, y la situación política en Honduras que, para muchos, reviste una importante participación del país del norte.

La disertación "Mirando al futuro: relaciones argentino-norteamericanas en la administración Obama" debió celebrarse en el salón del Consejo Académico de la Facultad de Ciencias Médicas, a donde había huido la embajadora tras el percance.

Decanos, profesores universitarios y estudiantes norteamericanos presentes en Mendoza cursando carreras en la UNCuyo compusieron el público final de una charla que terminó realizándose puertas adentro.

"Argentina y EE.UU. comparten una larga historia, que celebraremos el año próximo. Nuestras relaciones son excelentes", remarcó la funcionaria, en referencia al bicentenario. Algo que la juventud mendocina no parece compartir.