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Advierten que no sería tan fácil endeudarse a tasas bajas
Aunque el nuevo canje de deuda sea exitosos, especialistas creen que el Gobierno además debe restaurar la confianza en el Indec y moderar el gasto, que crece al 35 %
17 de abril de 2010
"Volvimos al mundo", gritó la presidenta Cristina Kirchner. Pero ese camino de regreso será más complicado de los esperado.

Es que el Gobierno podría festejar una aceptación del 70% al canje de deuda anunciado el jueves último, pero difícilmente pueda volver al mercado a la tasa de interés baja que pretende si no modera el gasto público ni repara la credibilidad de las estadísticas.

Así lo expresaron a LA NACION analistas locales y extranjeros, que indicaron que las expectativas bajaron en forma importante luego de que se le quitara a la oferta el pago atrasado del cupón ligado al PBI.

Los bonos cayeron ayer por toma de ganancias local y la mala performance de otros mercados por la acusación de la comisión de valores de EE.UU. contra el banco Goldman Sachs por haber cometido fraude con hipotecas subprime.

Desde varios bancos de inversión y consultoras privadas indicaron que es posible que el Gobierno consiga emitir "dinero fresco" dentro del período del canje a una tasa cercana al 9,5-10%, pero relativizaron que pudiera acercarse al riesgo país que paga Brasil.

Alberto Bernal, de la casa de inversión Bulltick, de Miami, indicó: "Si participa el 70 u 80% de los holdouts , la Argentina podría emitir a cerca del 9,5%, pero lejos de la tasa del 5,5% de Brasil".

Eduardo Levy Yeyati, director de Analytica, dijo: "En unos meses podría haber una emisión del Global 17 ligeramente por debajo del 10% si lo de Grecia sigue tapado con el blindaje europeo, si la tasa de EE.UU. no se desboca y si el gobierno no crea otro foco de incertidumbre". Además, si el Gobierno restaurara la confianza en las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y acercara la tasa de suba del gasto a la de la recaudación, agregó, se podría cumplir con el objetivo planteado por Boudou.

Boris Segura, del Royal Bank of Scotland, señaló: "Hay un tema de reputación para que la tasa baje más: una forma de resolverlo es asumir que pueden quedar US$ 8000 millones en default después del canje, y el resto son las políticas que yo creo que sólo llegarán luego de la salida del kirchnerismo, a fines de 2011". Al respecto, Segura señaló: "Con el [futuro] nuevo gobierno esperamos una gratificación instantánea en la reforma del Indec, normalizar las relaciones financieras con el resto del mundo y mejorar el ambiente con la comunidad de negocios".

Sin embargo, el analista de RBS aclaró que será muy difícil alcanzar "progresos en la baja de los subsidios, corrección de las distorsiones en la estructura tributaria y una nueva ley de coparticipación federal".

En la misma sintonía opinó el diputado de la Coalición Cívica Alfonso Prat-Gay: "Se han hecho demasiadas cosas mal como para que el mundo nos quiera prestar plata". Al respecto, mencionó "la destrucción del Indec, que hace poco creíbles nuestras estadísticas, y los miles de desaguisados institucionales cometidos por el gobierno de Kirchner y Cristina".

Por otra parte, Nicolás Bridger, de Prefinex, dijo que, además de arreglar las estadísticas y cuidar mejor el gasto, el Gobierno deberá "ser cuidadoso con iniciar un nuevo proceso de endeudamiento en una moneda dura" para no volver a caer en el descalce de monedas registrado en los 90.

"De acuerdo con la retórica del Gobierno, lo más probable es que el acceso a fondos externos postergue la mejora de la situación fiscal", agregó el analista.

Marina Dal Poggetto, del estudio Bein, agregó que habría que "impulsar un acuerdo que implique moderar la trayectoria de los precios y salarios para empezar a desacelerar una tasa de inflación que se encuentra bien por encima de la internacional".

Si la situación de los mercados no empeora y la Justicia no lo frena, el Gobierno lanzará el canje en nueve días, con una quita nominal del 66% y una de mercado del 50%.