La euforia se ha desatado en Sirte, la ciudad natal de Muamar Khadafy y último bastión de las fuerzas del antiguo régimen libio, que ha caído definitivamente este jueves en manos de las tropas rebeldes. Los combatientes se hicieron con las últimas posiciones que aún controlaban los leales al dictador derrocado y lo ratificaron después los propios líderes del Consejo Nacional de Transición (CNT).

"Sirte ha sido liberada. Ya no hay más fuerzas de Gadafi", anunció el coronel Yunus al Abdali, jefe de las operaciones en la mitad este de la ciudad costera. "Ahora estamos persiguiendo a los combatientes que están intentando escapar".

Otro comandante de la primera línea del frente confirmó la captura, que se produce dos meses después de la caída de Trípoli.

Según fuentes del CNT, varios miembros de las tropas fieles a Khadafy fueron capturados vivos y sus enemigos lograron hacerse con una importante cantidad de armas y municiones.

Francotiradores

Desde primera hora de la mañana, las tropas del Consejo Nacional de Transición habían lanzado un nuevo ataque con misiles y fuego de artillería contra los focos de resistencia.

"Estamos combatiendo a un grupo de francotiradores que están apostados en Sirte", explicó un miembro del CNT a la cadena de televisión Al Arabiya. "Estamos intentado evitar el uso de artillería pesada porque hay civiles en la zona", agregó.

"La proclamación oficial de la liberación del país será anunciada muy pronto. Será cuando nos confirmen que todas las fuerzas pro Khadafy en Sirte hayan sido netralizadas", declaró desde Bengasi el portavoz del CNT, Abdel Hafez Ghoga.

Rumbo a la democracia

Los rebeldes llevaban semanas intentando hacerse con el control de la simbólica ciudad. En los últimos días, los gadafistas les habían obligado a retirarse de algunas zonas.

Antes de Sirte, el Consejo Nacional de Transición consiguió dominar este lunes Bani Walid, la otra ciudad que todavía estaba en manos de los gadafistas.

El presidente del CNT, Mustafá Abdelayil, ha declarado en numerosas ocasiones que la caída de Sirte abriría la vía para el anuncio de la liberación de la totalidad del territorio libio.

A continuación, los rebeldes deberían formar un Gobierno de transición encargado de dirigir el país hacia la democracia.