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All Blacks ganaron el Mundial de Rugby
Considerado el mejor equipo del planeta, el seleccionado de Nueva Zelanda debió esperar 24 años para a obtener el título. Derrotó a Francia en la final por apenas un punto y sin jugar bien
23 de octubre de 2011
Tuvieron que pasar 24 años para que Nueva Zelanda, el mejor equipo del planeta, ratificara esa condición y pudiera consagrarse en la Copa del Mundo jugada en su tierra, tal como ocurriera en la primera edición. Aún lejos de su mejor nivel, a los All Blacks les alcanzó para quedarse con el título tras vencer con lo justo a Francia por 8 a 7. En un Eden Park repleto, la mayoría de los presentes fueron confiados a ver la consagración de los dueños de casa, que eran ampliamente favoritos en la previa. Sin embargo, Francia realizó un digno papel, terminó complicando a Nueva Zelanda y hasta pudo haberlo ganado en el final.
El primer tiempo, los locales impusieron el ritmo del partido y fueron decididamente a buscar el ingoal francés. Cerca del cuarto de hora, una certera patada de Piri Weepu, tras un penal, le dio un line clave a los All Blacks, que aprovecharon la ocasión para que Tony Woodcock apoyara el try. Nueva Zelanda pasaba al frente y parecía que iba a controlar el trámite con facilidad per Weepu no estuvo fino con el pie y falló en las tres ocasiones (dos penales) que buscó los palos.
El 5-0 dejaba sabor a poco en Auckland, por eso los Hombres de negro intentaron seguir con el dominio en la segunda etapa. Un penal frente a los palos, esta vez bien ejecutado por Stephen Donald (reemplazó a Aaron Cruden) le dio ocho puntos de luz a los locales, que empezaban con el pie derecho el complemento. Sin embargo, a partir de esa conversión, los Galos empezaron a tomar el control del partido con mucha garra y pese a la lesión de Morgan Parra se las ingeniaron para amenazar a los anfitriones.
Francia continuó en la búsqueda del descuento y consiguió marcar un try por intermedio de Thierry Dusautoir. Llegó la conversión de Dimitri Yachvili y el Eden Park enmudeció porque los All Blacks sólo ganaban por la mínima (8-7).
El resto del partido iba a tener a un conjunto europeo yendo al frente y a los oceánicos defendiendo la ventaja. Sin embargo, algunos errores ofenisvos por parte de Francia lo privaron de dar el gran batacazo.
Nueva Zelanda festejó su segundo título a nivel mundial y repitió el resultado conseguido en 1987 cuando levantó la copa por primera vez en su historia, justamente ante el mismo rival y en el mismo lugar.
El primer tiempo, los locales impusieron el ritmo del partido y fueron decididamente a buscar el ingoal francés. Cerca del cuarto de hora, una certera patada de Piri Weepu, tras un penal, le dio un line clave a los All Blacks, que aprovecharon la ocasión para que Tony Woodcock apoyara el try. Nueva Zelanda pasaba al frente y parecía que iba a controlar el trámite con facilidad per Weepu no estuvo fino con el pie y falló en las tres ocasiones (dos penales) que buscó los palos.
El 5-0 dejaba sabor a poco en Auckland, por eso los Hombres de negro intentaron seguir con el dominio en la segunda etapa. Un penal frente a los palos, esta vez bien ejecutado por Stephen Donald (reemplazó a Aaron Cruden) le dio ocho puntos de luz a los locales, que empezaban con el pie derecho el complemento. Sin embargo, a partir de esa conversión, los Galos empezaron a tomar el control del partido con mucha garra y pese a la lesión de Morgan Parra se las ingeniaron para amenazar a los anfitriones.
Francia continuó en la búsqueda del descuento y consiguió marcar un try por intermedio de Thierry Dusautoir. Llegó la conversión de Dimitri Yachvili y el Eden Park enmudeció porque los All Blacks sólo ganaban por la mínima (8-7).
El resto del partido iba a tener a un conjunto europeo yendo al frente y a los oceánicos defendiendo la ventaja. Sin embargo, algunos errores ofenisvos por parte de Francia lo privaron de dar el gran batacazo.
Nueva Zelanda festejó su segundo título a nivel mundial y repitió el resultado conseguido en 1987 cuando levantó la copa por primera vez en su historia, justamente ante el mismo rival y en el mismo lugar.