En un hecho histórico, a partir de este lunes los cubanos podrán viajar al exterior sin necesidad de obtener un permiso del Estado comunista. La pregunta es si Estados Unidos pondrá fin al embargo sobre la isla caribeña que impuso en 1960.

La medida es una de las más importantes reformas desde que la revolución liderada por Fidel Castro derrocó al régimen de Fulgencio Batista, quien había convertido a la isla caribeña en centro de corrupción, narcotráfico y prostitución, con aval de los Estados Unidos.

La histórica reforma, que llega con demasiada demora, cambiará la vida de muchos cubanos.

La reforma migratoria elimina el permiso de salida (“tarjeta blanca” ), así como la invitación que todos los cubanos debían presentar desde 1976 para poder dejar el país.

Igual, el gobierno de Raúl Castro aclaró que se tomarían medidas “para preservar el capital humano creado por la Revolución”, lo cual podría imponer ciertos requisitos a médicos, deportistas y personas altamente capacitadas en distintos rubros.
El permiso para salir de la isla puede cambiar también la relación con los EE.UU.

En 1980 hubo un éxodo masivo a ese país desde el puerto del Mariel y luego se inició el fenómeno de los “balseros”, que se largan a la mar con la expectativa de ser recibidos en las costas de los Estados Unidos.

La política de “pies secos, pies mojados” estadounidense permite obtener residencia a cubanos que pisen suelo norteamericano al año y un día después de su llegada, aun si no entraron en forma legal.

La bloguera Yoani Sánchez reveló que mucha gente vendió sus casas y automóviles esperando la fecha para partir a las casas de sus parientes que se han mudado al exterior.