La disparada del dólar paralelo, que ya roza los 8 pesos, dejó en claro que los grandes inversores salieron a jugar fuerte para presionar al gobierno con una devaluación, en momentos en que la Casa Rosada no parece acertar en una estrategia adecuada para frenar un alza que está presionando sobre la inflación y la competitividad.

Este desacierto en la política cambiaria, sumado a la demanda de turistas que no pueden comprar dólares a precio oficial, hizo que la divisa continuara subiendo en el mercado marginal hasta cerrar a 7,92 pesos.

El billete verde subió 12 centavos luego de que el martes trepó 14 centavos y en lo que va de la semana avanza 30 centavos, convirtiéndose, por lejos, en la mejor inversión financiera, mientras la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, observa todo sin saber cómo frenarlo.

En el primer mes del año el billete paralelo acumula un alza del 16,4% y la brecha con el mercado oficial trepa a 58,7%.

La divisa estadounidense que se negocia en casas de cambio y bancos de la city operó con un leve ascenso de medio centavo a $ 4,935 para la compra y a $ 4,985 para la venta, pero es inaccesible para el público.

El dólar mayorista sigue ajustando al alza, porque continúa demandado por bancos y empresas, para el pago de sus obligaciones y la exportación está liquidando muy poco y no alcanza para equilibrar el mercado.

Por su parte, el euro ascendió a $ 6,62 para punta compradora y a $6,79 para la vendedora.