La conclusión del Mundial de Brasil no había mermado el trabajo de Julio Humberto Grondona. Lejos de ello, el presidente de la AFA dedicó sus últimos días al frente del fútbol argentino a buscar la continuidad de Alejandro Sabella y, a su vez, a pensar alternativas ante la posible dimisión del último entrenador.

El último jueves estaba pautada una reunión entre el DT y el dirigente, aunque la misma quedó postergada luego de un contacto telefónico. Un día antes, el vicepresidente de la FIFA había medito presión al declarar que la continuidad de Sabella: "Es un decisión que tiene que tomar él. Pero el deseo de los argentinos, como el de la AFA, es que continúe. No hay un plan B"

Este martes por la noche, Grondona había dado a entender, mientras abandonaba la AFA, que Sabella había rechazado el ofrecimiento de seguir en el cargo: "A mí no me dijo que no iba a seguir, pero uno se da cuenta". Y un instante después admitió que tenía en mente una alternativa: "Si no tuviera a nadie en la cabeza, no podría ser el presidente de esta casa". Horas más tarde sufrió la descompensación a raíz de la cual, finalmente, falleció.

Sabella iba a comunicar en una coferencia de prensa su decisión de no seguir en la Selección y Grondona no planeaba ir al predio de Ezeiza para escucharlo.