No se sabe si lo hace para ayudar a Daniel Scioli o para terminar de hundirlo, pero la presidenta Cristina Fernández decidió no viajar a la cumbre del G-20 que se realizará el fin de semana próximo en Turquía para poder seguir las alternativas de la campaña del balotaje. La presidenta se lo comunicó por teléfono al candidato presidencial del oficialismo, Daniel Scioli.

"Quedan dos semanas de mucho trabajo electoral y la Presidente por decisión política se queda en Argentina", dijeron desde Casa Rosada.

En el sciolismo no saben si les está haciendo un favor o puede terminar de hundir al candidato, ya que empieza a generalizarse la idea de que cae cada vez peor en amplio sectores de la sociedad el tono soberbio y altanero que utiliza la mandataria en sus interminables actos, que dejaron de ser cadenas nacionales recién después del magro resultado obtenido por el oficialismo en la primera vuelta.

En lugar de la presidenta, Argentina estará representada en la cumbre por el canciller Héctor Timerman y el ministro de Economía y diputado nacional electo, Axel Kicillof.

La última aparición de Cristina fue el viernes pasado, junto a Daniel Scioli. En el marco de la inauguración de la sede del Conicet y el Centro Cultural de la Ciencia en el Polo Científico Tecnológico, aseguró que "por primera vez en nuestra historia se le da la casa definitiva a nuestros investigadores y científicos", en un acto de fuerte contenido político.

El clima enrarecido al interior del Frente para la Victoria, que hizo que la primera aparición de Cristina Kirchner luego de la ajustada victoria en primera vuelta haya sido sin Daniel Scioli, obligó al oficialismo a reagrupar: esta vez, el gobernador bonaerense estuvo a su lado.

Las próximas semanas serán clave: en una semana se dará el primer debate presidencial por un balotaje, y en dos, los argentinos definirán quién será el sucesor de Fernández.