Otra vez, un hincha logró burlar los controles de seguridad y llegar hasta Lionel Messi en plena cancha, en lo que fue un gesto emotivo pero a la vez un interrogante sobre la forma en que se cuida a los futbolistas en la Copa América 2016.
Ocurrió cuando la Argentina ya ganaba 2-0 y Messi ya era figura con una asistencia a Ezequiel Lavezzi y un golazo de tiro libre ante Estados Unidos.

El segundo tiempo estaba a punto de comenzar. Y entonces sucedió algo tan inesperado como frecuente: un hincha con la camiseta albiceleste se metió en el césped del NRG Stadium de Houston y cruzó toda la cancha para llevarse un autógrafo y un abrazo de La Pulga.

Aunque la transmisión oficial no mostró el momento, las redes sociales permitieron ver qué ocurrió.

Lejos de asustarse con la “estampida”, Messi se quedó quieto a la espera de uno de sus fans. Tomó el marcador, le firmó su camiseta y aceptó la reverencia que el hincha le hizo. Luego, lo abrazó antes de que su fanático saliera corriendo cuando los efectivos de seguridad salían a su encuentro.

Cómo vio el segundo tiempo, si en la tribuna o encerrado, es una incógnita. Pero el recuerdo permanecerá imborrable como la firma del 10 en su camiseta.

No es la primera vez que la idolatría por Messi desnuda falencias en la seguridad de la Copa América Centenario. En Chicago, el capitán de la Selección fue víctima de otra falla cuando una fanática mexicana, Norma Briceño, lo tomó del brazo cuando descendió del micro luego de un entrenamiento ante la reacción tardía de la policía.