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El Gobierno y la UIA le bajaron el tono al conflicto y trabajarán juntos
12 de marzo de 2018
Como se esperaba, el Gobierno y la UIA fumaron la pipa de la paz y resolvieron avanzar en estrategias conjuntas para que la Argentina pueda salir a ganar mercados con sus productos.
Pero si bien hubo buen diálogo y el Gobierno se comprometió a "canalizar los reclamos" que los empresarios pusieron sobre la mesa, el Poder Ejcutivo mantuvo su postura de no acceder al pedido de limitar las importaciones, uno de los principales cuestionamientos que había recibido del sector.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de la Producción, Francisco Cabrera, recibieron al presidente de la central fabril, Miguel Acevedo, y dos de los vicepresidente de la entidad, Luis Betnaza, y Daniel Funes de Rioja.
Tras haberle pedido a los industriales dejar de "llorar", Cabrera buscó aclarar que "nunca exigimos a los industriales que inviertan. Ellos lo harán si ven que hay rentabilidad".
"Hubo muchísimas coincidencias para trabajar juntos, no había un problema y sigue sin haberlo", dijo el ministro.
El presidente de la UIA, Miguel Acevedo, habló de una "nueva etapa" para una Argentina que necesita ampliar mercados", y se comprometió a avanzar en "el trabajo en conjunto" las mesas de trabajo sectoriales, a las que -según Cabrera- se comprometió a asistir el propio presidente Mauricio Macri, que finalmente no pasó a saludar a los invitados.
El jefe de la UIA aceptó que la Argentina ahora es "un país mucho más abierto al mundo, hay que trabajar en la competitividad para exportar", en crítica a la gestión kirchnerista y a su secretario de Comercio, Guillermo Moreno. "Pero esto lleva tiempo", advirtió.
Para el Gobierno, no había lugar para demasiadas sorpresas. "El diálogo con ellos es permanente", repetían, y daban dos ejemplos de la semana pasada: el martes, un rato después de que Macri lo felicitara en la reunión de gabinete por su frase contra los empresarios, Cabrera se reunía con Acevedo y José Urtubey. Y el jueves, el propio Peña visitaba la escuela industrial modelo que la empresa Techint construyó en Campana y se mostró junto a Betnaza.
El propio Presidente había defendido a Techint y Aluar en una comunicación telefónica con el propio presidente norteamericano Donald Trump. "La diferencia es en los discursos, no de fondo", había dicho Funes de Rioja.
Pero si bien hubo buen diálogo y el Gobierno se comprometió a "canalizar los reclamos" que los empresarios pusieron sobre la mesa, el Poder Ejcutivo mantuvo su postura de no acceder al pedido de limitar las importaciones, uno de los principales cuestionamientos que había recibido del sector.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de la Producción, Francisco Cabrera, recibieron al presidente de la central fabril, Miguel Acevedo, y dos de los vicepresidente de la entidad, Luis Betnaza, y Daniel Funes de Rioja.
Tras haberle pedido a los industriales dejar de "llorar", Cabrera buscó aclarar que "nunca exigimos a los industriales que inviertan. Ellos lo harán si ven que hay rentabilidad".
"Hubo muchísimas coincidencias para trabajar juntos, no había un problema y sigue sin haberlo", dijo el ministro.
El presidente de la UIA, Miguel Acevedo, habló de una "nueva etapa" para una Argentina que necesita ampliar mercados", y se comprometió a avanzar en "el trabajo en conjunto" las mesas de trabajo sectoriales, a las que -según Cabrera- se comprometió a asistir el propio presidente Mauricio Macri, que finalmente no pasó a saludar a los invitados.
El jefe de la UIA aceptó que la Argentina ahora es "un país mucho más abierto al mundo, hay que trabajar en la competitividad para exportar", en crítica a la gestión kirchnerista y a su secretario de Comercio, Guillermo Moreno. "Pero esto lleva tiempo", advirtió.
Para el Gobierno, no había lugar para demasiadas sorpresas. "El diálogo con ellos es permanente", repetían, y daban dos ejemplos de la semana pasada: el martes, un rato después de que Macri lo felicitara en la reunión de gabinete por su frase contra los empresarios, Cabrera se reunía con Acevedo y José Urtubey. Y el jueves, el propio Peña visitaba la escuela industrial modelo que la empresa Techint construyó en Campana y se mostró junto a Betnaza.
El propio Presidente había defendido a Techint y Aluar en una comunicación telefónica con el propio presidente norteamericano Donald Trump. "La diferencia es en los discursos, no de fondo", había dicho Funes de Rioja.