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"La ola": curso de fascismo para principiantes
1 de enero de 2000
Quizás el debate que se dé a partir de "La ola" sea, en sí, mucho más interesante que la película misma. Y, después de todo, quizás ése haya sido el objetivo de sus creadores: convocar a la discusión masiva. Vaya si lo lograron: en Alemania fue vista por tres millones de personas. Y la cosa se pone más interesante si se toma en cuenta que la película está basada en un hecho real, ocurrido en una secundaria de California en 1967. Pero antes de emitir cualquier juicio de valor sobre este trabajo del alemán Dennis Gansel, vale la pena detenerse unos párrafos para contar, aunque más no sea, sus minutos iniciales.

Las primeras imágenes nos presentan a Reiner, un joven y rebelde docente secundario de alguna ciudad costera de Alemania, casado, fanático del rock, accesible para sus alumnos, comprometido con algunas causas libertarias y anticapitalistas. Y el dato inicial que nos acerca la película es que Reiner tiene un problema: se había preparado para dar a sus alumnos un curso sobre "Anarquía", pero alguien le ganó de mano y deberá dictar un curso sobre "Autocracia".

Reiner refunfuña, pero acepta que, durante una semana, deberá encabezar junto a los alumnos que se inscriban en su curso, un proyecto cuyo eje temático será la autocracia, las dictaduras, los regímenes totalitarios. Por ello, en la primera clase, les pregunta a sus alumnos: "¿Conocen algún ejemplo de autocracia?" Uno le responde: "El Tercer Reich". E, inmediatamente, varios protestan: "Ufa, ¿vamos a hablar de nuevo del Tercer Reich? Eso ya pasó, los alemanes no podemos seguir hablando toda la vida de lo mismo, no podemos seguir con culpa por algo tan lejano".

Entonces llega la pregunta clave que Reiner les hará a sus alumnos: "¿Creen ustedes que es imposible que una nueva dictadura surja en Alemania?". Y todos los estudiantes responden que sí, que es impensable un nuevo Reich, que ya no hay condiciones para que eso ocurra, que nunca el fascismo podrá levantarse de nuevo en Europa. Ante esto, Reiner decide, sin revelarlo, jugar un juego peligroso. Creará dentro de su aula, un pequeño régimen autocrático, en el que el profesor ocupará el lugar del Führer.

Curiosamente (o no tanto: ahí se cifra la esencia de la película), la idea de ser parte de un diminuto régimen fascista prenderá con mucha fuerza en la mayoría de los alumnos. Y, como es de prever, las cosas se saldrán rápidamente de cauce. Pero tampoco se trata aquí de contar toda la película, así que conformémonos con conocer esos primeros 15 o 20 minutos de argumento y dejemos el resto para la proyección.

El planteo de "La ola", como puede verse, es inquietante y estimulante. ¿Cuáles son sus problemas, entonces? Bueno, para empezar todo transcurre con demasiada linealidad en esta película. Cada personaje hace exactamente lo que el guionista quiere que haga, a los fines de demostrar su tesis: que el fascismo es una posibilidad cierta en la Europa actual.

Y esa omnipresente voluntad de demostrar una tesis política provoca que la película empiece a perder de vista otros valores (narrativos, artísticos, de verosimilitud, etc.). Para que se entienda bien: los seis o siete alumnos que se destacan como personajes por sobre la masa del elenco cumplen, todos ellos, alguna función didáctica dentro de la película: está el sumiso, está el que se rebela pero termina acatando, está el fanático, está la que resiste, está el que minimiza la gravedad de lo que está haciendo, está el que por primera vez se siente contenido, está el que por primera vez no se siente discriminado, etc.

Es decir: toda la película está pensada para transmitir una moraleja. Y la última media hora lleva esta premisa hasta extremos casi absurdos de manipulación del espectador. "La ola" es una fábula que puede tener un objetivo noble: advertir sobre el caldo de cultivo que habría en Europa para que surjan nuevos totalitarismos. Pero si de cine hablamos, le podríamos reclamar a esta película algo más de profundidad, algo más de realismo, algo más de complejidad, menos didactismos y menos manipulación. Como curso sobre fascismo para principiantes puede funcionar bien. Pero como película, al final, resulta algo decepcionante.