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25 de abril de 2024
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Murió el primer hombre en escalar el Everest
Llegó a la cima de la montaña más alta de la Tierra en 1953. Murió de un ataque al corazón a los 88 años. Conflictos y desventuras del primer gran alpinista
11 de enero de 2008
El aventurero Edmund Hillary, el primer hombre en conquistar la cima del Everest, murió en su Nueva Zelanda natal.

A pesar de su obsesión testaruda en continuar siendo "un neozelandés corriente", sus fantásticas aventuras y la tragedia que le siguió como una sombra toda la vida le convirtieron en un héroe, un gigante, un superhombre, un caballero y casi en un rey.

Doblegó la cumbre del Everest, en mayo de 1953, fue nombrado caballero por la Reina de Inglaterra y se negó a que le llamaran Sir.

Volvió a su casa de Nueva Zelanda, para cuidar sus colmenas de abejas y casarse con Louise Rose, con quien tendría tres hijos.

Se mantuvo al margen de la controversia de quién fue la primera persona en escalar el Everest, si Tenzing Norgay, el sherpa que le acompañaba, o él, y sólo tras la muerte de aquel se atribuyó la conquista.

Cinco años después de la hazaña alpinista, encabezó la primera expedición motorizada (en tractor) al Polo Sur y 18 meses más tarde se convirtió en el primer hombre en alcanzarlo, tras Robert Scott.

Fue entonces cuando abandonó la apicultura y creó una fundación caritativa para construir una escuela en el Nepal, en la tierra del sherpa Norgay, que se había convertido en uno de sus mejores amigos.

Su empresa nepalí se expandió y entonces estableció la sociedad Trust Himalayo, para ampliar su contribución humanitaria y construir escuelas, hospitales y llevar servicios básicos para la población sherpa.

Y fue allí, en Katmandú, en marzo de 1975, donde perdió a su esposa Louise y a su hija menor, Belinda, en un accidente de aviación.

Entró en una fuerte y larga depresión que sólo lograría remontar con una nueva hazaña aventurera, "del Océano al Cielo", en la que, acompañado por su hijo Peter, viajó en lancha motora desde la desembocadura del Ganges hasta su nacimiento en el Himalaya.

Otra tragedia aérea le robó a su gran amigo Peter Mulgrew, cuya esposa, June, se convertiría diez años más tarde en la segunda y actual señora de Hillary.

Llegaron los reconocimientos oficiales, fue nombrado Alto Comisario de Nueva Zelanda en la India, entró en la Orden de Nueva Zelanda y en la exclusiva Orden británica de la Jarretera, y manifestó que a pesar de considerarlo un honor nunca aprobó los títulos y le parecía extraño poseer uno.

El control de Trust Himalayo se lo traspasó a los sherpas del Nepal para pasar a un segundo plano.

"El legado de Sir Edmund Hillary continuará vivo. Sus proezas seguirán inspirando nuevas generaciones de neozelandeses, como lo han venido haciendo desde hace más de medio siglo", dijo hoy la primera ministra neozelandesa, Helen Clark.

Pero no sólo sus proezas inspirarán a futuras generaciones, "las contribuciones que hizo con su trabajo altruista en países en desarrollo dejan un ejemplo que nadie podrá mejorar" y eso hace que "Hillary sea, en realidad, inmortal", opinó hoy el montañero australiano Lincoln Hall.