Polémica en España: sugieren que el rey Juan Carlos fue infiel - Asteriscos.Tv
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25 de abril de 2024
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Polémica en España: sugieren que el rey Juan Carlos fue infiel
"Juan Carlos y Sofía. Retrato de un matrimonio", el libro de Jaime Peñafiel –el hombre que más sabe sobre la monarquía española– devela “la vida secreta” del Rey de España
20 de enero de 2008
(Fragmento del polémico libro sobre el rey Juan Carlos)

Como bien dice Paul Preston, se trata de una mujer catalana que debió nacer “hacia 1948”, según Bouza. Si así es, tiene hoy, cuando escribo este libro, cincuenta y nueve años, cincuenta y nueve espléndidos años.

Don Juan Carlos la conoció “creo que en 1978” (Bouza dixit). Era entonces una bellísima señora, dedicada “según mis noticias a la decoración de apartamentos de lujo y de grandes despachos. Y llevaba un negocio de compra y venta de viviendas”.

Estaba casada con un ingeniero muy conocido en Mallorca. Hasta que un día le confesó a un amigo estar muy deprimido porque se había enterado de que su mujer le ponía... los cuernos: “Dale dos hostias al tío”, le recomendó éste. “No puedo. Se trata del rey”, fue la respuesta del marido engañado. Pregunto, ¿habría alguien capaz de dárselas si se entera de que su mujer se entiende con Su Majestad? Lo dudo.

El rey y ella “se veían, lógicamente, en Palma de Mallorca, pero también en Madrid, pues ella acudía con frecuencia a la capital de España. Y es que, al parecer, ella realizaba alguna gestión particular para Su Majestad. Pese a su “amistad” con el rey, ella, una divorciada joven, nunca hizo ostentación de ella (de la amistad, supongo). Y en cuanto a discreción integral, el mismo don Juan Carlos reconoce que no sólo no ha tra-tado nunca de presumir de esa amistad, sino que se ha sentido siempre orgullosa para sí misma, interesándose por la familia real y teniendo exquisito cuidado de no indisponer a don Juan Carlos con la Reina”.

Mi madre solía decir, cuando alguien intentaba justificar lo injustificable, “déjalo estar, con azúcar está peor”.

Cierto es que el ingenuo de Bouza hacía lo que podía aconsejando a su amigo el rey: “Le digo que hay que ser lo más discreto posible. También por nuestras esposas, que están en una edad muy difícil y se deprimen mucho. Aprovecho para recomendarle que prodigue gestos de amabilidad con la Reina en público. Por ejemplo, al aparecer en las escalerillas de un avión, en actos oficiales de cara al público. Simplemente mirarla más, cogerle por un brazo”.

Era tal la complicidad de Bouza con el rey en el tema de la decoradora que, en cierta ocasión, “recordé a don Juan Carlos que tenía yo empezado un poema “Marta, mirto...”, y le propuse adaptarlo a ésta, para lo cual procedía algo de ins-piración de mi parte, dándome detalles de su personalidad. Y con unas pocas fotografías terminé el poema que llevé a S.M. (a quien le pareció excelente), con el ruego de que se lo entregase a la destinataria, como así debió hacerlo, y creo que le gustó mucho a ella”. Fue en la mitad de los años ochenta.