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8 de mayo de 2024
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Un satélite espía de Estados Unidos podría impactar la Tierra
El Pentágono estudia destruir el artefacto, que perdió energía y propulsión, mediante un misil o bien hundirlo en el océano. Contiene sustancias tóxicas
28 de enero de 2008
Un satélite espía de Estados Unidos, que ha perdido energía y propulsión en su órbita espacial, podría caer sobre la Tierra la semana próxima.

Así lo informaron funcionarios del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.

El satélite estadounidense, que está a punto de estrellarse sobre la Tierra, despierta muchas inquietudes sobre la posibilidad de contaminación de la atmósfera en el lugar del impacto, un recelo que se ve fortalecido por el hermético sigilo que siempre rodeó el programa de observación espía norteamericano.

Asimismo, el Pentágono no descarta asimismo destruir el satélite por medio de la utilización de un misil. "El Departamento de Defensa está siguiendo atentamente la situación", informó la teniente coronel Karen Finn.

Sustancias tóxicas. La oficial declinó comentar la sospechada presencia de sustancias tóxicas en el satélite, mencionada por la prensa norteamericana, las características del satélite. El gobierno tampoco suministró ninguna estimación sobre la fecha prevista de ingreso del artefacto en la atmósfera terrestre.

"Las autoridades competentes del gobierno están siguiendo la situación", comentó el portavoz del Consejo de Seguridad nacional, Gordon Johndroe, e intentó frenar los temores a posibles peligros para la población. "Muchos satélites cayeron a la Tierra en los últimos años sin causar daños", dijo sin dar a conocer detalles.

Caídas frecuentes. Los expertos afirman también que ocurre con más frecuencia con satélites que salen de control, la mayoría de los cuales se desintegran antes de tocar la superficie terrestre o caen en zonas deshabitadas.

La Red de Vigilancia del Espacio de EE.UU. sigue la órbita de unos 8000 objetos espaciales fabricados por el hombre, de los cuales unos 560 son satélites y el resto, lo que denominan basura espacial, satélites y otros elementos fuera de uso.

El regreso incontrolado más aparatoso fue el de la nave espacial Skylab, una estación espacial de 78 toneladas que cayó de su órbita en 1979 y cayó sin causar daños en el Océano Índico y en un área remota de Australia.

En el 2000, los ingenieros de la NASA lograron dirigir con éxito el regreso del observatorio Compron Gamma Ray, que se salió de órbita y cayó en el Océano Pacífico.

En 2002, los restos de un satélite científico de más de 3000 kilos de peso chocaron con la atmósfera terrestre y cayeron como una lluvia espacial sobre una amplia zona del Golfo Pérsico, a miles de millas del lugar donde se había calculado que se estrellaría.

Un único caso. Según cifras de la Agencia Espacial Europea (ESA), hay más de 600.000 objetos de más de un centímetro de grosos en órbita alrededor de la Tierra. La primera colisión registrada con residuos espaciales ocurrió en 1996, que hizo explotar el satélite francés Cerise.

Pero la probabilidad de que a una persona le caiga un satélite fuera de órbita sobre la cabeza es mínima, según los datos existentes. Sólo existe un caso registrado, de hecho: el de una mujer de Oklahoma a la que, en 1997, le cayó en el hombro un objeto de 10 por 13 cm., que resultó ser parte del tanque de combustible de un cohete lanzado por la Fuerza Aérea de EE.UU. en 1996.