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Bush llamó a cubanos a "actuar por un cambio democrático"
El presidente norteamericano rompió el silencio y aludió a la crisis de salud de Castro. Sugirió que es una oportunidad para cambiar el gobierno en la isla
3 de agosto de 2006
El presidente estadounidense, George W. Bush, rompió el silencio y llamó a los cubanos a "actuar por un cambio democrático", aunque insistiendo en que se queden en la isla, tres días después de la delegación provisional del poder por Fidel Castro a su hermano Raúl.

"Insto a los cubanos a actuar por un cambio democrático en su isla", afirmó el presidente norteamericano en una declaración dada a conocer tras un discurso sobre la reforma migratoria en Mission (Texas, sur) y justo antes de iniciar sus vacaciones en su rancho de Crawford.

Bush, que no había hablado todavía sobre la situación en Cuba, se dirigió directamente a los cubanos para garantizar el apoyo de Estados Unidos a los que opten por el cambio y amenazar al mismo tiempo a los miembros del régimen de Fidel Castro que traten de impedirlo.

"Vamos a apoyar sus esfuerzos por crear un gobierno de transición en Cuba comprometido con la democracia y vamos a tomar nota de quienes obstruyan su deseo de una Cuba libre desde el régimen actual", aseguró el mandatario, que se reunió la víspera con el senador cubano-estadounidense Mel Martínez en la Casa Blanca.

Desde el anuncio del pasado lunes de que Fidel Castro delegaba el poder provisionalmente a su hermano Raúl después de una operación quirúrgica, Bush había mantenido una sorpresiva prudencia, a pesar de haber prometido varias veces "liberar a Cuba del tirano".

Desde su Estado de Texas, el presidente recordó que "tener como vecino y amigo a una Cuba libre, independiente y democrática ha sido durante mucho tiempo la esperanza de Estados Unidos", en alusión a la presión mantenida por Washington durante casi medio siglo para derrocar al presidente cubano.

"Al alcanzarlo, los cubanos pueden contar con un apoyo completo y sin condiciones de Estados Unidos", añadió el mandatario tras asegurar que su país "está listo para entregar la ayuda humanitaria necesaria al pueblo cubano, en caso de transición en el Gobierno".

Bush concluyó su declaración asegurando que "en estos tiempos de incertidumbre, una cosa está clara: Estados Unidos está completamente comprometido a respaldar las aspiraciones de los cubanos por la democracia y la libertad".

Unas horas antes, el portavoz del Departamento de Estado Sean McCormack denunció por primera vez la entrega del poder al hermano del presidente cubano.

"El hecho de imponer a Raúl Castro niega al pueblo cubano su derecho a elegir libremente a sus autoridades", afirmó el vocero en una declaración escrita difundida después de su rueda de prensa diaria.

Tanto Bush como McCormack insistieron en la necesidad de que los cubanos se queden en su país y no traten de cruzar los cerca de 150 km que los separan de Florida, poniendo de manifiesto el temor en Washington de que una inestabilidad política en la isla genere un nuevo éxodo masivo como la crisis de los balseros en 1994.

"Alentamos a los cubanos a hacer avanzar dicha causa, quedándose en Cuba y obrando por un cambio positivo", afirmó el vocero del Departamento de Estado.

Raúl Castro todavía no hizo ninguna aparición pública desde el lunes y Fidel Castro no volvió a dar noticias sobre su estado de salud desde la difusión el martes de un comunicado leído por televisión y cuya autoría le fue atribuida.