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25 de abril de 2024
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En Argentina los mayores de 80 ya son casi un millón
Especialistas aseguran que se debe al avance en la pelea contra las enfermedades, pero advierten que no hay políticas que los ayuden a vivir solos
28 de julio de 2008
Hoy hay unos 800 mil adultos mayores, y en un año y medio representarán casi un millón de personas, de acuerdo con las últimas proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).

Esta conclusión despierta una victoria pero advierte sobre la ausencia de políticas que permitan a "la carta edad", como lo llaman los especialistas, vivir mejor.

Mientras los mayores de 65 años de la Ciudad de Buenos Aires esperan vivir 17,47 años más, el grupo de la misma edad de Chaco esperan vivir 14,33 años más.
Pero, ¿a qué se debe esta variación?

Según los especialistas consultados por el diario Clarín, muchos dejaron de fumar cuando eran jóvenes o nunca lo hicieron, se alimentaron bien, siempre hicieron deportes y, además, aquellos de clase media y alta generalmente accedieron a tecnología de alta complejidad para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades.

"El aumento de la proporción de personas de 80 y más años es el principal promotor de la necesidad de programación de servicios para personas dependientes de terceros a causa de déficit físicos o cognitivos", analizó la doctora en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Nélida Redondo, especialista en Sociología del envejecimiento, consultada por Clarín.

Debido al aumento en la expectativa de vida, en promedio, las mujeres de 80 pueden llegar a vivir casi hasta los 88 años y los varones hasta los 86, según datos elaborados por Redondo, y obtenidos por el diario.

Pero, esto también trae un "problema" por otro lado: a medida que se amplía el grupo de ancianos mayores aumenta la potencial dependencia que ellos podrían tener de sus hijos de entre 50 y 64 años.

Según datos propios de Redondo por cada 10 adultos de 50 a 64 años hay casi dos ancianos mayores que podrían necesitar de sus cuidados.

"La discapacidad no es una condición sine qua non de la vejez. Toda persona dependiente es una persona con discapacidad, pero no toda persona discapacitada es dependiente. Hay personas con discapacidades que son autónomas", puntualiza la doctora en Sociología especializada en discapacidad e investigadora de Conicet, Liliana Pantano. La experta también advierte que "las políticas de discapacidad no están suficientemente desarrolladas para todos los grupos de edad y menos aún para los mayores de 80 años".

Tanto Pantano como Redondo y Torrado coinciden en la falta de programas de servicios públicos y privados para los ancianos mayores. Lo que permitiría a aquellos que desean y pueden vivir en forma autónoma, conservar su independencia y libertad.