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24 de abril de 2024
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La "chica Berlusconi" dio detalles de las fiestas
Patrizia D'Addario habló de los encuentros que el premier italiano realizaba en su mansión. Los describió como "muy dulce" y reveló que bailaban "muy apretados"
23 de febrero de 2003
El premier italiano está encerrado. Así parece ya que una de las tantas chicas que se dicen participaban de sus fiestas abrió la boca y comenzó a contar los detalles de las fiestas que el premier italiano realizaba en su mansión, junto a otras tantas chicas y a unos cuantos hombres relacionados al poder.

"Yo, en el harén de Silvio". Con este gran titular el periódico londinense Sunday Times publica una entrevista a Patrizia D'Addario, de 42 años, el "gato" o "escort" de Bari, candidata en las elecciones municipales, que pasó la noche del 4 de noviembre en el palacio Grazioli con el primer ministro Silvio Berlusconi, mientras Barack Obama triunfaba en las elecciones presidenciales norteamericanas.

Un encuentro sexual incandescente que la justicia de Bari investiga porque el empresario Gianpaolo Tarantini combinaba los encuentros y pagaba a las chicas por las prestaciones, que implica el delito de inducir a la prostitución, informó el diario Clarín.

Patricia cuenta al Sunday Times en una entrevista de dos horas, también probablemente pagada, que el clima en los salones y habitaciones decoradas con frescos había un clima especial. En octubre había sido invitada por primera vez y encontró a una veintena de ragazzas. "Me dije: pero esto es un harén!".

El empresario Tarantini, famoso por sus andanzas para obtener licitaciones para su empresa de materiales sanitarios de Bari mediante la corrupción, pagaba a cada chica 500 euros por la participación, narra Patrizia. Pero ella pidió más y acordaron 2.000. Como no se quedó a dormir, Tarantini le pagó mil euros, la mitad.

El 4 de noviembre, Patrizia quedó impresionada del pesado maquillaje en la cara que lucía Berlusconi, algo que los periodistas constatan diariamente. "Cuando reía se le veían todas las arrugas", dijo. Patrizia le pidió que le resolviera un problema de permiso inmobiliario en un terreno de la familia. Berlusconi prometió resolverlo pero -según ella- no cumplió y ésta sería la causa de su venganza, que la llevó a contarlo todo en una entrevista al Corriere della Sera.

Patrizia estaba con dos amigas, que son las que aparecen sacándose fotos en un baño del Palazzo Grazioli, la mansión romana del premier. En la habitación, Berlusconi "fue muy dulce" y "bailamos apretados". La ragazza de Bari se quedó toda la noche. Según Patrizia, no le pagaron la prestación de 2.000 euros ni el permiso de construcción de una residencia. Las dos chicas que acompañaron a Patrizia esa noche, junto con el empresario Tarantini, se llaman Barbara Montereale y Lucia Rossini. Las dos y Patrizia declararon que las hicieron pasar en un auto con los cristales oscurecidos y que nadie las revisó.

Los magistrados sostienen que todos los testimonios demuestran que era un desastre el nivel de seguridad tanto en el Palazzo Grazioli como en la villa Certosa de Cerdeña, la lujosa residencia de Berlusconi. A ambos lugares, il Cavaliere invitaba a jefes de gobierno y monarcas. En materia de seguridad era todo un verdadero colador porque los movimientos de las prostitutas y modelos obligaban a aflojar las mallas. Para los fiscales había "un acceso descontrolado a las residencias del premier".

Patrizia y sus amigas hicieron fotos, grabaron audios, tomaron notas, en una residencia oficial. Barbara contó también que una vez fue invitada a villa Certosa, donde encontró tres decenas de chicas muy jóvenes. "Creo que eran casi todas eslavas. En la fiesta de Navidad se vestían de Papa Noel y todas llamaban Papi al primer ministro. Se peleaban por acercarse y estar junto a él".

Los magistrados de Bari habían iniciado la investigación para detectar las actividades "non sanctas" de Gianpaolo Tarantini, que usaba la corrupción para obtener las licitaciones. Fue gracias a las interceptaciones telefónicas que descubrieron el tráfico de mujeres. Según los fiscales, una organización encabezada por Tarantini recaudaba a las chicas que eran pagadas para festejar a Berlusconi. Las ragazzas venían de Bari, Milán, Padua, Bolonia, Lecce y otros lugares de Italia. Los oficiales de la Guardia de Finanza que investigan han interrogado ya a unas 30 mujeres. Además de Tarantini, de 34 años, había una segunda "reclutadora", Terri de Nicolo, de 40 años, de Bari pero residente en Milán.

Los investigadores siguen los pasos en los ambientes de la prostitución de lujo de Bari de la transexual Manila Gorio, muy amiga de Patrizia D'Addario, que anima un "reality show" en una televisión local en el que ha participado también Bárbara Montereale. Otro investigado es Alessandro Mannarini, conocido o amigo de Tarantini. La hipótesis es que conduciría un tráfico de cocaína entre Bari-Civitavecchia y Olbia. Según el diario La Repubblica, las escuchas telefónicas detectaron que "algunos participantes de las fiestas sardas de Berlusconi y varios colaboradores de Tarantini hacían un uso habitual de la llamada droga blanca".