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20 de abril de 2024
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Hallan la carta de despedida de la escritora Alfonsina Storni
"Estoy muy mal", y pocas líneas más abajo concluye con un "Gracias, adiós. No me olviden", poco antes de un final abrupto: "No puedo seguir escribiendo"
30 de septiembre de 2009
La carta de despedida de la escritora Alfonsina Storni antes de suicidarse en las aguas de Mar del Plata fueron halladas de casualidad.

Con letra inquieta, temblorosa, imprecisa, Alfonsina Storni escribe una carta muy corta, acaso una de las últimas, a su amigo y maestro, el novelista Manuel Gálvez. Con tinta clara, encabeza la esquela afirmando "Estoy muy mal", y pocas líneas más abajo concluye con un "Gracias, adiós. No me olviden", poco antes de un final abrupto: "No puedo seguir escribiendo".

Su letra parece tener la facultad de decir más del estado de la poeta que sus propias palabras. Revuelta en un papel amarillento que conserva los surcos de los pliegues en los que la dobló y envió, la letra desnuda sin remedio la angustia de Alfonsina y, claro, conmueve.

Alfonsina murió en Mar del Plata la madrugada del 25 de octubre de 1938. Había llegado a la ciudad costera dos días antes. La leyenda cuenta que la poeta se internó en el mar, se alejó, se fue. En la mañana del 25 su cuerpo fue encontrado en la playa. Esa misma tarde los diarios dieron la noticia: "Ha muerto trágicamente Alfonsina Storni, gran poetisa de América".

Manuel Galvez, asistió a su entierro, junto a otros tantos escritores y artistas como Ricardo Rojas, Enrique Banchs, Arturo Capdevila, Baldomero Fernández Moreno, Oliverio Girondo, Eduardo Mallea y Leopoldo Marechal.

La poeta había sido una de las fundadoras de la Sociedad Argentina de Escritores, la misma en la que ahora apareció su carta. Y apareció además un manuscrito del poema "Barrancas del Plata en Colonia" que había escrito a principios de 1938, en Colonia, Uruguay.

"Redobles verdes de tambor los sapos/ y altos los candelabros mortecinos/ de los cardos me escoltan/ con el agua que un sol esmerilado carga al hombro", dicen los primeros versos de ese poema que la misma Alfonsina, contó poco después, escribió "la tarde de llegada a esa tierra amiga".

"Corrí a mi alojamiento buscando un lápiz, el viento me llevó el sombrero, cuando subí a la terraza donde daba mi habitación cielo y río eran un desborde dorado", explicó en una lectura posterior del poema, que en el manuscrito escribe con letra redonda y clara.

Tras años de silencio y oscuridad, Alfonsina vuelve a asomarse viva, inquieta, dolida tras esa carta, a un costado de su poesía, entre los papeles hallados en el sótano de la "Casa Leopoldo Lugones" de la Sade. Papeles que revelarán todo su valor tras un estudio exhaustivo.