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26 de abril de 2024
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El Papa llamó a desobedecer leyes que autoricen el aborto
El Sumo Pontífice pidió a cristianos rechazar leyes "injustas" que avalen "el asesinato de niños inocentes aún no nacidos", al encabezar la misa de inicio de las Pascuas
1 de abril de 2010
Con un tono de dureza inusual, el papa Benedicto XVI dijo hoy durante la Misa Crismal que los cristianos deben cumplir con el derecho, "pero que no deben aceptar las injusticias aunque sean consideradas derecho, por ejemplo, cuando se trata del asesinato de niños inocentes aún no nacidos".

La Misa Crismal marca el comienzo del Triduo Pascual y durante la misma el Papa bendijo los Santos Óleos que se usarán durante todo el año y los varios miles de sacerdotes presentes en la basílica de San Pedro renovaron sus promesas sacerdotales (pobreza, castidad y obediencia).

El Papa manifestó que los sacerdotes están llamados a ser hombres de paz y a oponerse a la violencia, pero sorprendió que durante la misa, en el día en el que Cristo instituyó el sacramento sacerdotal, el Papa no hiciera referencia alguna a los casos de curas pederastas.

El Sumo Pontífice señaló que los cristianos tienen que ser personas de paz, ya que Cristo no triunfa por medio de la espada, sino por medio de la cruz, "vence superando el odio, vence mediante la fuerza más grande de su amor".

"La cruz de Cristo expresa su 'no' a la violencia", agregó el Papa que afirmó los cristianos están llamados a oponerse a la violencia y como buenos ciudadanos a respetar el derecho, y hacer lo que es justo y bueno.

"Consiste en que rechazan lo que en los ordenamientos jurídicos vigentes no es derecho, sino injusticia. Es importante que los cristianos cumplan el derecho, que es el fundamento de la paz, pero también es importante para los cristianos no aceptar una injusticia, aunque sea considerada como derecho, por ejemplo, cuando se trata del asesinato de niños inocentes aún no nacidos", afirmó.

Una voz desde la Argentina

En la Argentina, Zenon Biagosch, director del Banco Central y de la Escuela de Negocios de la Pontificia Universidad Católica Argentina, dijo que "en este debate están en juego principios tan esenciales como la vida y la libertad, por lo que todos estamos involucrados en él y creo que quien permanezca indiferente o desinteresado estará evadiendo su responsabilidad como integrante de una comunidad que, de un modo u otro, será afectada por las decisiones que se adopten en esta delicada cuestión".

"En cuanto a las posturas presentes en esta controversia, percibo en algunas de ellas un extremo relativismo, tal vez impulsado por las transformaciones culturales, sociales y económicas de los últimos tiempos, cuya marcha acelerada parece haber trastocado la noción del sentido y las normas de la vida comunitaria, trastornado la conciencia social y debilitado la adhesión a valores básicos y trascendentes", señaló.

Biagosch recordó que "la cuestión de legalizar o no el aborto se vincula también al control de la natalidad, tema que amen de sus implicaciones morales, tiene fuerte y directa incidencia en lo social, político, económico y financiero. A propósito de ello, la influencia de ciertos efectos del control de la natalidad en la crisis financiera que estalló en septiembre del 2008 fue considerada por Ettore Gotti Tedeschi, presidente del Instituto de Obras Religiosas (IOR), en una nota reciente".

"Suscribo que la mujer tiene pleno derecho a disponer de su cuerpo en libertad y por sí misma y sé que ese derecho fue negado o indebidamente limitado por mucho tiempo y que aún lo sigue siendo de muchos modos y en todo lugar, por lo que se impone mantener una actitud atenta y vigilante, para que no sea vulnerado y asegurar su vigencia", sostuvo Biagosch.

Pero aclaró que no encuentra "aceptable que ese derecho a disponer sobre el propio cuerpo confiera la potestad de decidir sobre el destino de otro ser que, sin que medie su voluntad o su acción, debe habitar en el útero materno durante su gestación, desde su concepción hasta su nacimiento, dado que esa es la forma natural de reproducción del género humano. A propósito de ello cabe mencionar que la genética probó por encima de toda duda que, quien reside en el útero materno a partir de la concepción, es un ser humano vivo y autónomo, dotado de un ADN propio, único e irrepetible".

"Es cierto que ese ser humano, al momento de ser concebido y durante los primeros meses de su gestación, no desarrolló aún todas las potencialidades propias de una persona, pero no es menos cierto que el pleno desarrollo de la condición y la identidad personal es un proceso que abarca todo el ciclo de la vida humana", dijo.

Y explicó que "a nadie se le ocurriría proponer que se legalice interrumpir la vida de un recién nacido, justificando ese acto en el hecho que esa criatura no llegó a desarrollar en plenitud todas sus potencialidades de persona".

Biagosch dijo que "se dice que la despenalización del aborto 'no va a obligar a nadie a hacer lo que no quiera', pero eso no es cierto dado que se obligaría a morir a un ser humano quien, por impulso de la naturaleza, lo que quiere es vivir".