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26 de abril de 2024
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Presidente de Túnez escapó del país en medio de una rebelión
El dictador, que gobernaba desde hace 23 años, dimitió y en su lugar asumió el primer ministro. Protestas y manifestaciones por la debacle económica
14 de enero de 2011
El presidente de Túnez, Abdine Ben Alí, huyó del país acompañado de su familia en medio de una revuelta popular duramente reprimida por la policía y que produjo más de cuarenta muertos.

En su lugar asumió el primer ministro: el gobierno tunecino anunció el estado de emergencia en todo el país con toque de queda y prohibición de reuniones en la vía pública y autorización a las fuerzas del orden de disparar contra todo "sospechoso" que resista a las órdenes.

Por la tarde, los gases lacrimógenos inundaban las principales vías de la capital. En los barrios residenciales, jóvenes con cuchillos y palas atacaron e incendiaron las lujosas casas de la familia del presidente que controlaba las palancas de la economía.

Bomberos y ambulancias se dirigieron a la zona pero se informó que los jóvenes dejaban salir a las personas antes de destruir sus viviendas y que solo se atacó a las que pertenecían a la familia presidencial.

A medida que transcurría la jornada, la represión comenzó a quebrarse. Se vieron imágenes de soldados que se besaban con los manifestantes y policías sollozando que comenzaban a fraternizar con el pueblo.

La noticia de la huida del presidente multiplicó las escenas emotivas mientras los periodistas locales, sobre todo los de la televisión, comenzaban a emitir información sobre la situación. El primer ministro, como lo establece la Constitución del país, se ha hecho cargo del gobierno.

Los manifestantes reclamaban puestos de trabajo y, sobre todo, el fin de la tremenda corrupción fomentada por el gobierno y la familia de la esposa del dictador que acumula una fastuosa fortuna.

Hoy se produjeron grandes manifestaciones rechazando el discurso en que Ben Alí ofrecía llamar a elecciones y restaurar la inexistente libertad de prensa. "Es ya demasiado tarde", decía una joven de 16 años a la televisión francesa. "Tiene que irse ya sin llevarse el dinero del pueblo".

Las protestas no sólo estuvieron en las calles, sino también en Internet. Ayer, un grupo de hackers atacó la web personal del canciller de Túnez y colgó en ella una falsa renuncia.

"Abandono el gobierno de Túnez para poder expresar mi tristeza y mi enfado por la brutal reacción a la crisis que ha causado la muerte de muchos jóvenes tunecinos'', decía la falsa renuncia que reflejaba los deseos de miles de personas.

Los jóvenes son los grandes protagonistas de la revuelta popular y constituyen la inmensa mayoría de la población como otros estados del norte de Africa.

Por eso, ahora el gran temor es que la revuelta popular de Túnez contagie primero que nada a la vecina Argelia donde los acontecimientos tunecinos desencadenaron manifestaciones juveniles en grandes ciudades. Se teme lo que pueda provocar esta revuelta que no tiene ninguna reivindicación religiosa en Egipto donde también el desempleo castiga a los jóvenes y a los graduados universitarios.