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¿La NASA estudia otros planetas como la Tierra?
Hay 400 estrellas que podrían albergar planetas. Algunos de ellos podrían resultar los más pequeños y más parecidos a la Tierra que se conozcan hasta el momento
1 de febrero de 2011
El Centro de Investigación Ames de la NASA mantiene en secreto una lista de 400 estrellas que son las mejores candidatas para albergar planetas, algunos de los cuales podrían resultar los más pequeños y más parecidos a la Tierra que se conozcan hasta el momento.

Las estrellas están siendo monitoreadas por el observatorio satelital Kepler, cuyo trabajo consiste en una suerte de "encuesta Gallup" del cosmos. En los próximos dos o tres años, mientras Kepler continúe observando, dicen los astrónomos, será capaz de detectar planetas en las zonas "Goldilocks" (Ricitos de oro), donde no hace demasiado calor ni demasiado frío para que exista agua líquida.

"Lo que queremos es encontrar vida", dice Geoffrey Marcy, de la Universidad de California en Berkeley e integrante del equipo del Kepler. William Borucki, 72, el jefe del grupo científico que invirtió los últimos 20 años en lograr el despegue del Kepler, dijo recientemente en su oficina: "Yo sostengo que el Kepler es más importante que el Hubble. Nosotros ofrecemos los datos que la humanidad necesita para salir al espacio".

Kepler es sólo el primer paso en un proceso que los expertos calculan que durará décadas. Tanto la NASA como la Agencia Espacial Europea tienen planes para emplear naves y equipos cada vez más complejos y costosos en la búsqueda de planetas y vida fuera del sistema solar.

Hay ahora más de 500 planetas en el sitio PlanetQuest, del Jet Propulsion Laboratory, pero ninguno es habitable.

Kepler fue lanzado de Cabo Cañaveral hacia su órbita alrededor del sol el 6 de marzo de 2009. Su mirada se centró en un retazo de cielo de alrededor de 20 lunas llenas en las constelaciones del Cygnus y Lyra, que contienen alrededor de 4,5 millones de estrellas. Ese es el barrio del censo cósmico del Kepler. Su tarea es simplemente medir el brillo de 156.000 de esas estrellas cada media hora, para registrar perturbaciones repetidas en su brillo causadas por el tránsito de planetas. Pero el hallazgo de planetas como la Tierra es difícil, y los científicos sólo harán anuncios cuando hayan probado que dieron con un planeta de seis modos diferentes.

A Borucki le gusta comparar la búsqueda de otros mundos con la construcción de las catedrales, una tarea que pasó de una generación de creyentes a la siguiente.

"Si encontramos montones de Tierras tendremos que gastar mucho dinero para construir la próxima misión que vaya y averigüe si allí hablan en inglés o en francés", dice. Pero si estamos solos, "tal vez conquistemos toda la galaxia -agrega-. Nadie estará allá afuera para detenernos".