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27 de abril de 2024
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Japón: 10.000 muertos
Todavía no se ha localizado desde el viernes a 7.500 habitantes residentes de Minamisanriku. Unos 100.000 militares japoneses buscan supervivientes
15 de marzo de 2011
Las autoridades japoneses han aumentado a 3.372 los fallecidos y a 6.746 los desaparecidos por el terremoto y posterior tsunami del viernes en el noreste del país, de acuerdo al último recuento de la Policía.

Estos nuevos datos elevan en más de 600 fallecidos el balance anterior de las fuerzas de seguridad niponas. Del total de fallecidos confirmados, algo más de mil han sido identificados y unos 400 cuerpos han sido entregados a sus familias, según la agencia local Kyodo.

Sin embargo, se cree que la cifra final de víctimas puede ser mucho mayor, puesto que algunos municipios afectados han facilitado datos de hasta varios miles de desaparecidos o fallecidos.

Todavía no se sabe nada desde el viernes sobre unos 7.500 residentes de Minamisanriku, la mitad de la población del pueblo de Miyagi engullido por el mar, aunque la policía cree que podrían haberse refugiado en localidades cercanas como Tome. Además, un total de 2.000 residentes han sido localizados con vida, por lo que hay esperanzas sobre sus vecinos.

En la costa de esa misma provincia se han hallado unos 2.000 cadáveres, y otros 200 ó 300 cuerpos fueron localizados en su capital, Sendai, según la agencia Kyodo.

Tampoco se conoce el paradero de 8.000 residentes del pueblo costero de Otsuchi, en la provincia de Iwate.
Despliegue militar

Unos 100.000 militares japoneses, ayudados por voluntarios extranjeros especialistas en salvamento, continúan peinando la zona devastada en busca de supervivientes atrapados bajo los escombros o arrastrados mar adentro por una ola gigante que alcanzó los 10 metros de altura.

El Gobierno sitúa en 25.000 los rescatados, mientras cada vez son mayores los problemas de abastecimiento para los supervivientes.

En zonas aisladas como Oshima, una pequeña isla frente a la costa de la provincia de Miyagi, han sido encontradas este martes con vida cerca de 1.300 personas que escaparon del seísmo. Entre 7.000 y 8.000 residentes en Oshima perdieron sus casas y se han refugiado en escuelas, aunque están incomunicados y se desconoce si tienen provisiones suficientes.

El gobernador de Miyagi, Yoshihiro Murai, indicó que en estos momentos el mayor problema es la carencia de combustible y material sanitario en los hospitales, donde están racionando las medicinas.

Los tanatorios no dan abasto para almacenar los cadáveres, se necesitan urgentemente más ataúdes y sus trabajadores se quejan de que los constantes apagones no les permiten mantener refrigerados los restos mortales.

El primer ministro nipón, Naoto Kan, ordenó a los soldados fijar como prioridad asistir a los damnificados junto a cientos de voluntarios extranjeros especialistas en situaciones de emergencia. "Continuaremos con el rescate, pero hay tanta gente que necesita ayuda en los centros de refugiados que debemos gradualmente redirigir nuestros esfuerzos a satisfacer sus necesidades", declaró Kan a la televisión NHK.

Más de medio millón de evacuados vive ahora en unos 2.500 refugios temporales, muchos de los cuales no tienen agua potable o electricidad.