Muammar Kadafi, el hombre que se hacía llamar “rey de reyes” y gobernó Libia durante 42 prolongados años, fue ejecutado de dos balazos por una turba de rebeldes que lo detectó en una alcantarilla mientras intentaba huir tras resultar herido por aviones de la OTAN que bombardearon el convoy en el cual intentaba escapar.

El tiro de gracia se lo dieron en la cabeza, y ahora se abrió un gran debate sobre cómo fue liquidado.

Su cuerpo yace en una cámara frigorífica de un centro comercial de Misrata, en la costa mediterránea del país africano.

Afuera, la gente que tanto le temía ahora hace cola para poder verlo. Como en vida, sigue provocando polémica. Las autoridades decidieron demorar su entierro para que la Corte Penal Internacional confirme si realmente fue asesinado, como se cree, en una ejecución sumaria. Sucede que los cruentos videos que aparecieron en las últimas horas contradicen la versión oficial de que murió durante un intercambio de disparos entre seguidores y opositores, cuando era trasladado en ambulancia.

En esas imágenes, tomadas con celulares, lo muestran vivo sobre una camioneta, desarmado y resignado frente a sus captores. Una de esas escenas demuestra que estaba totalmente sometido y desfalleciente, ensangrentado por heridas en la cabeza –se cree que recibió un culatazo– y en otras partes del cuerpo. En una expresión árabe que se utiliza cuando uno está postrado y a punto de recibir castigo, le dijo a sus atacantes: “Vergüenza para ti”. En otro de los videos, mientras es golpeado por los exaltados y furiosos rebeldes –se ve a uno de ellos pegarle una bofetada y decirle “esto es por Misrata, perro”–, se escucha a Kadafi pedir compasión. “Tengan clemencia, tengan clemencia . ¿No conocen la clemencia?”, gritaba el líder libio. “¿No distinguen lo correcto de lo equivocado?”, agrega. “Callate, perro”, responde alguien mientras llueven más golpes sobre el dictador.

Ibrahim Tika, un médico que examinó el cadáver, sostuvo que Kadafi murió como consecuencia directa de un balazo en los intestinos. Y agregó que también presentaba otro tiro en la cabeza.

“Kadafi estaba vivo cuando fue capturado. Ligeramente herido, pero vivo. Después recibió una bala en la sien que salió por la frente y otra bala en el estómago que le causó importantes daños”, explicó Tika en declaraciones a la cadena televisiva Al Arabiya . En el cuerpo, precisó el profesional, fue hallada “una bala que penetró en sus entrañas y esa fue la causa principal de su muerte”.

Se supone que todos estos datos surgieron de una autopsia, pero el cuerpo en el congelador no presenta las heridas propias de este tipo de intervención, según pudieron constatar los periodistas en el lugar.

La forma en que murió uno de los hijos del dictador, Muatassim, le da más verosimilitud a la hipótesis de la ejecución. Este temido joven, acusado en vida de varias atrocidades que el pueblo libio no olvida, fue capturado con vida. Un video lo muestra sentado en el suelo y recostado sobre una pared, tomando agua. Luego aparece muerto con balazos en el cuello, la espalda y brazos. Su cuerpo se encuentra ahora junto al de su padre, en Misrata.

Los detalles que se conocen sobre cómo fueron las últimas horas del líder libio indican que al amanecer del jueves pasado, antes del rezo, Kadafi y su guardia personal, incluido el incondicional jefe de las fuerzas leales, Abu Baker Junis Jaber, partieron en un convoy desde Sirte, ciudad natal y bastión del oficialismo, hacia el oeste. Pero el intento de fuga fue descubierto por los satélites y la caravana fue atacada desde el aire por un predator –avión robótico no tripulado– de la OTAN y por lo menos un caza francés.

El ataque con misiles destruyó al menos una decena de vehículos. En el lugar quedaron alrededor de 50 cuerpos esparcidos, varios de ellos carbonizados en sus asientos. El resto del convoy, con Kadafi a la cabeza, se vio obligado a desviarse y ocultarse en el terreno. Pero un grupo de rebeldes, que provenía de Misrata, los encontró y comenzó a perseguirlos.

“Comenzamos a atacarlos con armas pesadas, pero no teníamos idea de que Kadafi estaba allí ”, contó Munir Senussi, uno de los combatientes.

El líder libio y varios guardias se ocultaron en dos desagües, pero no pudieron eludir a los rebeldes. El séquito de Kadafi cayó bajo las balas de los atacantes, sin misericordia. Y el poderoso déspota, herido, fue capturado por dos jóvenes combatientes de 21 y 22 años, llamados Salem Bakeer y Omran Shaaban, quienes ya se convirtieron en héroes populares. Los videos muestran con toda crudeza las escenas siguientes. Kadafi fue subido al capó de una camioneta, aparentemente para exhibirlo en público en un gesto de victoria, con la ropa ensangrentada. Allí fue empujado, arrastrado, insultado y golpeado. Hubo gritos, forcejeos y armas por todos lados. Después apareció muerto, con un disparo en la frente y otro en el estómago.

Mohamed Sayeh, miembro del Consejo Nacional de Transición, dijo que no habrá un funeral público, pero que Kadafi será enterrado con respeto, siguiendo la tradición musulmana.

El cuerpo, en tanto, permanece en el freezer con el torso desnudo cubierto de sangre seca y el harapiento pantalón marrón claro. A la vista de quien quiera verlo.